Los accidentes de motoristas ganan las estadísticas cada año, y esto tiene una explicación lógica. Los conductores de estos vehículos ligeros no cuidan su propia vida cuando se desplazan por las calles y avenidas, convirtiéndose en permanentes violadores de la Ley de Tránsito.
Es normal observar cuando los motoristas cruzan los semáforos en rojo y cuando también se movilizan en vía contraria. Además, no usan el casco protector y muchas veces andan sin ningún documento del vehículo.
Pero cuando son detenidos por los agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) alegan ser “padres de familia” para evitar el pago de las multas.
Lo lamentable es que los motoristas llevan la tragedia no solo a sus hogares, sino también a las familias ajenas, por su imprudencia, en franca violación de las leyes. Igual situación se produce con los conductores de taxis, muchos delos cuales no acatan lo que dicen las leyes.