El Día 
Dos noticias publicadas en los diarios de ayer me han traído honda preocupación.
La una, que tiene que ver con asuntos electorales; y la otra, con música y artistas.
Pero ambas peligrosamente atentatorias contra uno de los derechos humanos fundamentales, universalmente reconocido, como lo es la libertad de expresión.
El presidente de la Junta Central Electoral ha dejado saber que propondrá un pacto para regular el uso de los medios de comunicación en tiempos de campaña electoral.
Por muy bien inspirado que esté el magistrado presidente de la JCE, no podemos transigir para que se establezca ningún tipo de regulación que se traduzca en limitaciones al derecho de todo ciudadano, ni de la prensa, para expresarse libremente en la dirección que considere más pertinente.
Por otra parte, el Ministro de Cultura ha anunciado que promoverá una ley para obligar a todas las radioemisoras nacionales a que el 50% de la música que transmitan sea dominicana.
Por muy patriótica que parezca esa idea, no deja de ser contraria a los principios de la libre expresión consagrados en la Constitución, expresión artística en este caso, pero expresión al fin y al cabo.
A nadie se le puede retorcer el gusto, ni para transmitir determinada forma artística, ni para obligarle a oír una melodía que no le guste.
Por respeto al derecho de cada ciudadano a tener acceso sin restricciones a todas las formas de expresión, y por respeto a ese principio sagrado que es la libertad de expresión, las dos propuestas mencionadas deben ser retiradas por sus doctos auspiciadores.
