Moda de segunda mano en crecimiento: tiendas de pacas transforman el mercado

Santo Domingo. – Las tiendas de segunda mano, comúnmente conocidas como pacas, han proliferado en todo el país, desde mercados informales hasta locales especializados. Este fenómeno refleja la creciente demanda de alternativas económicas y sostenibles dentro del sector moda.

El auge de este tipo de comercio se debe, en parte, a la posibilidad de adquirir prendas de marcas reconocidas a precios accesibles, lo que atrae a consumidores de distintos niveles socioeconómicos. A esto se suma el impulso de la digitalización, con redes sociales y plataformas virtuales que facilitan la promoción, compra y venta de artículos usados.

Oneal Durán, de 49 años, señaló que “las pacas de ropa se han convertido en una opción popular para quienes buscan prendas asequibles sin sacrificar calidad”. Explicó que estos lotes contienen piezas variadas que provienen de donaciones, excedentes de inventario o devoluciones de tiendas, y que representan también una alternativa atractiva para emprender.
Desde una perspectiva medioambiental, la moda de segunda mano ofrece beneficios considerables. “El negocio de la ropa usada contribuye a reducir el impacto ambiental de la industria textil. Al reutilizar las prendas, se alarga su vida útil y se disminuye la necesidad de fabricar ropa nueva, lo que implica menos consumo de agua, energía y recursos naturales”, comentó Durán.
También destacó el papel de las herramientas digitales: “El análisis de datos en redes sociales permite entender mejor al público, adaptar las estrategias de venta y conectar con consumidores más informados y exigentes”.

Durán afirmó que en zonas como Santo Domingo Oeste se ha registrado un notable aumento tanto en la oferta como en la demanda de ropa de segunda mano. Esta tendencia se atribuye a factores como la economía familiar ajustada y una creciente conciencia sobre el consumo responsable.
El comercio de ropa usada representa una fuente de ingresos clave para muchas familias dominicanas. No obstante, este sector también enfrenta desafíos, como la competencia con la industria textil nacional, la informalidad del mercado y el control de calidad de los productos.

Yadira Galicia, de 40 años, compartió su experiencia como compradora habitual: “La economía está muy ajustada, y de esa forma uno consigue sus ropitas buenas y baratas”. Indicó que suele adquirir jeans, blusas y vestidos, y que su tienda favorita es Mi Paca Plus, por sus precios asequibles.

Yeisys Díaz, de 23 años, expresó: “Me gusta porque es ropa de buena calidad y súper económica. Me ahorro bastante y me dura. Mayormente compro en las pacas de la Duarte o en el mal paso de Jimaní. Voy hasta dos veces al mes”.

Nathaly Villegas, de 35 años de edad, por su parte, dijo: “Por sus precios, ofertas y la calidad de la ropa. Me atraen más los precios. Entre las cosas que suelo comprar están jeans, vestidos, blusas y faldas, y voy cada vez que puedo”.
Desde una perspectiva ambiental, la moda de segunda mano ayuda a disminuir los desechos textiles y a extender el ciclo de vida de las prendas. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre la calidad de algunos artículos y su disposición final, ya que muchas piezas llegan en mal estado y terminan en los vertederos, lo que representa un reto para la gestión de residuos.

Las pacas se consolidan como una alternativa económica y sostenible que beneficia tanto a consumidores como a pequeños emprendedores. No obstante, para maximizar su impacto positivo, se requiere un enfoque integral que promueva la formalización del sector, la regulación de importaciones y la implementación de prácticas sostenibles.
Le recomendamos leer: ¿Qué dice la psicología de las personas que visten mucho de negro?
Etiquetas
Artículos Relacionados