Hace ya más de dos décadas que inicié mi emprendimiento. Muchas cosas vividas intensamente. Con la llegada del fin del año uno tiende a pasar balance, a analizar las cosas como una forma de prepararse para el año que comienza.
¿He tenido éxito? La respuesta evidentemente será diferente según quién responda o lo valore.
Pero algo les aseguro, he sido una de las emprendedoras más afortunadas del mundo porque a lo largo de este tiempo he tenido la oportunidad de compartir con mucha gente talentosa, que me ha enriquecido profesional y personalmente.
Entran por la puerta jóvenes, llenos de sueños, con ganas de aprender y cada uno con sus talentos aportan y hacen que todo funcione.
Cuando, después de un tiempo, salen por esa misma puerta para seguir su propio camino, la despedida siempre es con tristeza y, al mismo tiempo, con orgullo e ilusión.
Siento como un éxito propio ver cómo van creciendo profesionalmente, me alegro de cada paso que dan y con la gran mayoría sigo manteniendo contacto al día de hoy.
Y eso me hace darme cuenta que sí, que he tenido mucho éxito. Y les agradezco profundamente a cada uno de ellos, quisiera poner todos los nombres, pero no caben en 300 palabras.
Y les invito a pensar qué personas han pasado por su vida y les han aportado de esta manera, y estoy segura que les saldrá una sonrisa llena de nostalgia y se sentirán igualmente de afortunados como yo.
En este día del año, al pasar el balance, centrarme en este agradecimiento me llena de felicidad y de verdadero orgullo.
Deseando que todas y todos esos colaboradores que pasaron (y los actuales) sigan teniendo una vida llena de la misma felicidad y se encuentren personas que les nutran y acompañen, siempre. Ese es mi deseo.