Santo Domingo.-La Dirección General de Migración instruyó a su personal de servicio en los aeropuertos, puertos y cruces fronterizos verificar el certificado de vacunación contra la fiebre amarilla a los pasajeros que llegan al país, procedentes de dos provincias de Brasil donde se ha registrado un brote.
La institución informó que utiliza este mecanismo de manera exclusiva a los pasajeros que viajan desde o hacia los Estados Brasileños de Minas Gerais y Espirito Santo, en atención a una disposición del Ministerio de Salud Pública de fecha 15 de marzo.
Los inspectores y supervisores de la Dirección General de Migración registran la información para proceder a remitirla al Ministerio de Salud Pública.
La mayoría de los casos se agrupan en el lado oriental del país, principalmente en los Estados de Minas Gerais, Espírito Santo y São Paulo.
Según el informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), publicado este 2 de marzo, el virus ha matado a unas 220 personas. La agencia de salud también contó 326 casos confirmados y 916 casos sospechosos de la enfermedad.
La fiebre amarilla se propaga en los seres humanos a través de la picadura de un mosquito infectado, y los brotes usualmente ocurren en América del Sur y África.
La enfermedad puede propagarse a través del mosquito aedes aegypti, que también transmite el virus del Zika.
Hasta el momento, no se ha informado que el mosquito aedes aegypti tenga un papel en el reciente brote, informó la OPS. El brote actual se ha propagado a través de los mosquitos haemagogus y sabethes.
Los síntomas son similares a los de la gripe y pueden llegar a ser graves si incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, vómitos, fatiga e ictericia – de ahí su nombre fiebre amarilla.
Gracias a un mejor control de mosquitos y mejores prácticas de saneamiento, la fiebre amarilla ha sido prácticamente eliminada en los Estados Unidos y las Américas. Pero brotes esporádicos ocasionalmente aparecen en zonas tropicales y los casos pueden propagarse por los viajes, según expertos.
Debido a que la fiebre amarilla es tan rara en los Estados Unidos, los médicos pueden no reconocer las señales. Los médicos deben ser conscientes, especialmente en los viajeros que han estado en las áreas afectadas, afirman las autoridades.