Muchos grandes problemas pudieron evitarse con pequeñas acciones en la parte inicial. Incluso todavía se pueden mitigar algunos de ellos con pequeñas acciones.
La gerencia de los problemas pequeños corresponde al nivel inicial de la gestión o administración.
Pero cuando el problema pequeño se deja al tiempo, se va sumando a otros microproblemas hasta que juntos generan un gran problema.
Por ejemplo, es probable que una escuela deteriorada inició su proceso con un baño que pudo reparar un conserje si el director hubiera sido diligente.
Una mano de pintura cuando una pared se ensucia puede evitar que al cabo de un tiempo haya que pintarlo por completo.
Pasa también en el tránsito. Con frecuencia encontramos tapones que tienen su origen en alguien que se estacionó paralelo o que para doblar tomó un carril que no le corresponde, o porque un taller ocupa parte de la calle. En cada caso, al infractor inicial le siguió un segundo y así de manera sucesiva.
Igual ocurre con instalaciones, calles y carreteras que para su reparación hoy requieren millonaria inversión, cuando inicialmente se podía resolver con mantenimiento menor.
La microgerencia ahorra mucho dinero.