Las etapas previas a la adolescencia comienzan alrededor de los 9 años con cambios físicos y hormonales que preparan el organismo del niño para una transformación corporal y luego la llegada de la menarquia (primera menstruación en la mujer) y la espermarquia (primera eyaculación de los varones).

En ellos se producen cambios en el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social. El desarrollo psicosexual a esta edad es muy intenso y cargado de mucha curiosidad con relación a los temas sexuales.

Muchos ya empiezan a interesarse por relaciones afectivas con enamoramiento, puede incrementarse el interés en los juegos sexuales que pueden ser con el sexo contrario o con su mismo sexo, ya que están explorando su identidad sexual, pueden sentirse atraídos por otras personas y comienzan a querer verse atractivos para los demás.

Es una etapa en la cual los niños toman conciencia de sus cuerpos y de los cuerpos de los demás y de sus pensamientos y de los demás, por lo que tienen mucho en cuenta lo que otros piensan de ellos, principalmente sus compañeros.

Los padres se sienten raros porque el niño cambia de manera de pensar y de expresar sus pensamientos y emociones. Es preciso, conectarse con sus hijos porque a pesar de que se apartan de ellos y se dedican más a sus amigos, siguen necesitando a los padres, tanto para su formación e información como el apoyo emocional.

Reserven tiempo de calidad para conversar con sus hijos de temas que les interesen a ellos y siempre lleguen al tema sexualidad.