Metas de inflación y perturbaciones de oferta

Metas de inflación y perturbaciones de oferta

Metas de inflación y perturbaciones de oferta

Antonio Ciriaco Cruz

Los sucesivos incrementos en la tasa de política monetaria por parte de los Bancos Centrales del mundo buscan converger los niveles de inflación a sus metas establecidas en sus programas monetarios.

Después de la crisis económica de los años 70 y 80, debido a los altos precios del petróleo, políticas fiscales expansivas financiadas por crédito de los bancos centrales y la crisis de la deuda pública, le tocó el turno al bate a las políticas económicas neoclásicas, en su expresión moderna, llamada “neoliberales”, cuyo resumen más condensado se plasma en las diez propuestas del “Consenso de Washington”, aplicadas a partir de los años 90.

Con la crisis de los años 70 y 80 se encontró la justificación ideal para desbancar y desacreditar las políticas keynesianas que sustentaron a las economías desde 1945 hasta mediados de los años 70. Es a partir de una nueva reestructuración económica que se comienza a plantear la necesidad de tener bancos centrales autónomos, para así evitar las presiones de los gobiernos a su financiamiento.

A partir de ahí, muchos bancos centrales asumieron políticas de “metas de inflación” como ancla que contribuyera a mejorar y aumentar su credibilidad, y el compromiso para la estabilidad de precios. La lógica de los bancos centrales era que las perturbaciones de oferta que repercuten en la inflación no afecten negativamente a las expectativas de inflación y que dichas perturbaciones solamente tengan un efecto transitorio sobre la inflación.

En la actualidad, con un contexto distinto al de los años 70 y 80, los bancos centrales usan las mismas políticas, pero con instrumentos distintos. En los años 70 y 80 no existían “metas de inflación”; sin embargo, hoy las perturbaciones de oferta están minando la credibilidad de los bancos centrales.

Las metas de inflación resultan muy vulnerables en un mundo dominando por eventos geopolíticos continuos, que alteran mercados de insumos claves para la producción de bienes y servicios. Al igual que en el pasado, las políticas bancentralianas terminarán afectando el crecimiento en el mediano y largo plazo.