Meta RD 2036 depende de lo que se haga hoy

El Gobierno, a través del Consejo Nacional de Competitividad, ha propuesto, teóricamente, una iniciativa cuyo propósito central consiste en trazar una hoja de ruta con miras al desarrollo económico y social del país enfocada hacia la Meta República Dominicana 2036.
La idea luce formidable, tras un inicio lleno de simbolismo irradiado desde el propio Palacio Nacional con la presencia del presidente Luis Abinader y representantes de una docena de comités sectoriales, funcionarios gubernamentales y líderes de los sectores empresarial y social. Exhibiendo bombos y platillos, se presentaron 85 iniciativas priorizadas para delinear el camino que habrá de asumirse relativo al desarrollo nacional.
En procura de la materialización de ese aspiracional, se han conformado comités de agropecuaria, comercio, construcción e inmobiliario, energía, financiero, industria local, minería, mipymes, tecnología y comunicaciones, turismo y zonas francas, articulados en una estructura transversal conformada para esos fines.
Existe, sin embargo, un serio desafío para alcanzar el referido objetivo, y radica en que la actual administración gubernamental no parece estar haciendo lo correcto en materia de gestión de la cosa pública. Deficiencias en el manejo presupuestario, corrupción, deterioro de los principales servicios públicos y la improvisación caracterizan la conducción del Estado.
Lo anterior deja claro que el futuro del país que se proyecta lograr dentro de poco más de una década hay que comenzarlo en la actualidad, sin demora; pero, sobre todo, enmendando los errores vinculados a la puesta en marcha de iniciativas populistas que han contribuido a la profundización de la pobreza general y de la desigualdad social.
La República Dominicana requiere con urgencia pasar de la ejecución de políticas públicas de Gobierno a políticas públicas de Estado. En la época de apogeo del Imperio Romano se solía afirmar: “Ratio economica ultima questio”, es decir, es en lo económico en donde debemos encontrar las causas reales de los actos humanos.
En materia de gobernanza, las políticas de Estado son concebidas para el largo plazo y responden a un objetivo nacional claramente identificado y definido; mientras que las de Gobierno se limitan a la manera de cómo una determinada administración gubernamental cumple sus obligaciones para satisfacer las necesidades de los ciudadanos en salud, educación, alimentación, vivienda, en el ejercicio pacífico de sus derechos y en el cumplimiento de sus deberes.
La cuestión está en que la prosperidad de un pueblo se basa en la satisfacción no solamente de todas las necesidades básicas de su población, sino en que goce de las condiciones que le hagan más cómoda la vida y le permitan vivir con dignidad. Siempre se debe prestar atención a que somos un Estado Social y Democrático de Derecho, fundamentado en la dignidad de las personas.
Nadie puede hablar de dignidad en una sociedad cuando el propio Presidente de la República acaba de calificar de “indignante” el salario mínimo del sector público.
Este se mantiene vigente desde 2019, cuando el entonces presidente Danilo Medina lo elevó de RD$5,117.50 a RD$10,000.00, un incremento del 95.41 %. Desde entonces han pasado siete años sin ajustes, mientras que en el mismo período el salario mínimo del sector privado no sectorizado ha sido aumentado en seis ocasiones por el Comité Nacional de Salarios.
Un futuro promisorio para la República Dominicana no dependerá solamente de las ideas que se coloquen en los portafolios, sino, también, de las buenas prácticas que se ejecuten desde la esfera oficial en el presente, colocando en perspectivas promisorias en desarrollo económico y social.