Nicole Kidman y Meryl Streep son amigas desde hace más de dos décadas. Trabajaron juntas por primera vez en Las horas, el drama biográfico de 2002 donde la australiana interpretaba a la autora con trastorno bipolar, Virginia Woolf. Una película que, como recuerda ahora la protagonista de Los puentes de Madison, supuso un golpe de humildad para su autoestima tras años siendo reconocida como una de las actrices más grandes del firmamento de las estrellas. Aquel rodaje hizo que se diera cuenta que tenía competencia.
Así lo reconoció en la ceremonia del premio AFI Life Achievement donde Nicole Kidman recibió el galardón a su trayectoria. Diferentes estrellas de la meca del cine y antiguos compañeros no quisieron perderse la ocasión para celebrar a la actriz de Moulin Rouge. Desde Reese Witherspoon a Morgan Freeman, Naomi Watts, Zoe Saldaña, Aaron Sorkin, Zac Efron, Miles Teller, Joey King o Mike Myers, así como el marido de la actriz, Keith Urban. Aunque la más destacada fue Meryl Streep tras el honesto y divertido discurso que dedicó a su amiga.
Después de bromear preguntando si alguien se había dado cuenta que la diseñadora de vestuario de Las horas le había “dado su nariz” a su compañera, haciendo referencia a la prótesis que la actriz australiana llevó en el rostro en la misma interpretación que le valió su único Oscar hasta la fecha, Streep continuó su discurso. Entre bromas y anécdotas graciosas que hicieron reír a todos los invitados pero, sobre todo, a la homenajeada de la noche (como, por ejemplo, revelar que Nicole solía darse un baño desnuda en el mar cada mañana durante el rodaje de Big Little Lies), Meryl Streep dejó entrever su orgullo como amiga pero, también, cómo dejó caer su ego el día que se vio de frente con el talento de Kidman.
Meryl reconoce a su competencia
“Para mí, la parte más, más difícil de ser llamada incesantemente la mejor actriz de mi generación”, bromeaba mientras los invitados aplaudían, “es cuando te enfrentas a otra persona, o actúas con ella, que también es muy, muy, muy, muy, muy, muy grandiosa. Eso es difícil.”
“Es como alguien con quien trabajas todo el día y te vas a casa: ‘Ese fue un gran día, un gran día’, y te vas a casa y dices: ‘¿Cómo hizo eso?’”, bromeaba mientras fingía verter una bebida. “’Podría hacer eso’. ‘No, no creo que pueda’. ‘¡Sí, podrías!’”, continuaba como dando a entender las preguntas y cuestionamientos internos que se sienten cuando te topas de frente con alguien que te sorprende y admiras en tu misma profesión.
Esa competencia quedó clara a comienzos de siglo cuando Nicole Kidman estuvo nominada al Oscar por su trabajo en Las horas, siendo una de las nueve nominaciones que cosechó aquella producción dirigida por Stephen Daldry y la única victoria. Mientras Meryl Streep no era nominada por la misma película, sino que competió en la temporada de premios de 2003 a través de su actuación en El ladrón de orquídeas. Curiosamente, en la noche de los Globos de Oro, Nicole ganó el premio a Mejor actriz en drama y Meryl a Mejor actriz secundaria por películas diferentes (el Oscar se lo llevó Catherine Zeta-Jones por Chicago).
Sin embargo, a pesar de aquella primera colaboración, Meryl Streep reconoce que descubrió el verdadero talento de Nicole Kidman y, por ende, la competencia que le suponía entre las grandes del séptimo arte, en las grabaciones de Big Little Lies. “Ese es el momento en el que realmente estuve a un paso de los formidables dones que tiene Nicole, y su proceso y su banco sísmico de emociones que tiene encerradas ahí dentro y su resistencia y su impulso para ser artista y su disciplina”.
A su vez, recordó cuando Kidman decidió filmar una escena de gritos muy emotiva el primer día y hacerlo una y otra vez con la misma pasión. “No me he recuperado de ese primer día, nunca había visto algo así en mi vida. Para mí fue traumatizante porque pensé que esta mujer es una Valquiria. ¿Cómo es capaz de sostener eso? Nunca ceder, nunca decepcionar”.
Big Little Lies abrió los ojos a Meryl Streep
Meryl no se equivocaba. La primera temporada de Big Little Lies, estrenada en 2017 en HBO, supuso un nuevo renacer en la carrera de Nicole Kidman. Esta vez, desde el formato televisivo. Su trabajo como Celeste Wright, una esposa atrapada entre la confusión y tormento de un matrimonio abusivo la coronó como la reina de la temporada de premios. Los Critics Choice Awards, Emmys y Globos de Oro, todos se rindieron ante el torbellino dramático que plasmó en aquellos episodios, transmitiendo una tempestad emocional interna que atravesaba la pantalla.
La actriz de 74 años pudo descubrir con mayor profundidad el talento de Nicole Kidman en la segunda temporada de la serie, interpretando a la entrometida suegra de Celeste que llegaba buscando respuestas tras la misteriosa muerte de su hijo. En aquella ocasión, Meryl Streep llevaba siete años sin hacer televisión pero se sumó al fenómeno de las series tras quedarse sorprendida con la calidad de la primera temporada.
Cuando la autora de Big Little Lies, Liane Moriarty, propuso la contratación de Meryl Streep a los ejecutivos de HBO, se sorprendieron con su audacia al tratarse de una actriz que, a priori, parecía imposible conseguir para el formato televiso. “Los productores se rieron”, contó la escritora a Daily Telegraph en 2018 (vía InStyle). Pero entonces se dieron cuenta que había una alternativa, porque Nicole y Meryl eran amigas.
Sin embargo, sin que los creativos lo supieran, las actrices ya estaban cociendo el asunto. Según contó Nicole a Variety hace unos años, Meryl le envió un email, a ella y a Witherspoon, diciendo: “Supongo que ahora tengo que acompañarlas”, como autoinvitándose a formar parte de la segunda temporada. “Las dos nos quedamos en shock”, contaba Nicole para entonces añadir que Streep se sumó al reparto sin siquiera leer el guion.
La propia Streep admitió la historia durante un panel de 2019 (vía US Magazine) diciendo que no le hizo falta leer el guion porque “era lo más grandioso que había en TV. Aquella primera temporada lo fue”.
Desde aquella segunda temporada, que grabaron en Monterey, California, en 2018, Meryl Streep se habría quedado sorprendida del talento de su amiga y compañera, dejando crecer una admiración mutua que enorgullece a Nicole Kidman al tratarse de uno de sus grandes ídolos del mundo del cine.
“Meryl Streep, simplemente te amo, siempre te he amado. No sé qué es, pero eres un faro de excelencia, calidez y generosidad. Has sido mi luz guía”, dijo al recibir el premio AFI de sus manos. “Mi marido lo atestigua, mis padres lo atestiguan, siempre has sido tú y nadie puede tocarte”, revelaba reflejando su idolatría.
Durante el homenaje, Nicole Kidman reflexionó sobre su camino al estrellato, recordando sus inicios en Australia durmiendo en los sofás de sus amigos mientras intentaba conseguir trabajo como actriz. A su vez, habló de la pasión que siente por el proceso colaborativo con otros actores, aprendiendo de sus compañeros en el camino. “Es posible que a algunos nunca los vuelvas a encontrar y a otros los vuelvas a encontrar. Con algunos de ellos tienes risas y bromas increíbles y con ellos lloras; de algunos de ellos te enamoras, con otros te casas”, dijo como aparentemente haciendo referencia a su exmarido Tom Cruise.
La actriz celebró también a los directores con los que trabajó a lo largo de su carrera, agradeció al público fiel que la apoya incondicionalmente y a “los amores de su vida”, su esposo Keith Urban y sus dos hijas, quienes justamente hicieron su debut en una alfombra roja acompañándola en este evento.
De esta manera, aunque Meryl Streep sea considerada una de las actrices más talentosas y aclamadas de Hollywood, ella misma reconoce que la grandiosidad también se comparte. “Es difícil no envidiar a Nicole Kidman pero también es imposible no quedarse asombrado”, sentenciaba.
Fuente: Yahoo!