Al caer la dictadura de Trujillo en las décadas de los 60 y 70 surgieron nuevos talentos, como Johnny Ventura, Archivo
Parte 2
Una investigación de este ritmo dominicano
Luego de presentada la primera parte de este trabajo de investigación en el día de ayer, hoy continuaba segunda parte con interesantes datos para los seguidores del merengue.
Según revela aquí Américo Mejía Lama un gran investigador de este ritmo, en el Cibao el merengue corrió igual suerte, al ser repudiado, criticado y expulsado de los centros de la alta sociedad de la época.
Al trasladarse a los campos aledaños, era ejecutado por la guitarra e instrumentos de cuerda en los campos hasta la llegada del acordeón, alrededor de 1870, cuando naciera el merengue cibaeño.
Aprobó
En aquella oportunidad, el Ayuntamiento de Santiago solicitó al Congreso Nacional la aprobación de una tarifa de recargo a los acordeones por ser éstos “instrumentos endiablados”.
El merengue típico, ejecutado por el acordeón, güira y tambora adoptó su propia personalidad, integrándose más tarde el saxofón, aunque limitado a las áreas rurales y a los lugares de dudosa reputación en las ciudad de Santiago, donde los campesinos, luego de comercializar sus productos, disfrutaban del baile.
De allí surgió el término “perico ripiao”, aludiendo a que “ripiar el perico” era hacer el amor con una mujer de vida alegre.
El acordeón
En ese entonces se destacaron los primeros acordeonistas. Entre éstos Juan María Rosas, Lolo Pichardo, Luis Cruz y Francisco Segura. Posteriormente surgieron Cutá Martínez, Pilín Pin y Ñico Lora.
Lora fue bautizado como Padre del Merengue Típico por sus composiciones a la patria, la religión, el amor, la política y a las costumbres y eventos dominicanos. Al ascender al poder Rafael Trujillo, instruyó al maestro Luis Alberti para que llevara el merengue con orquestas tipo “big band” a los salones de la alta sociedad de entonces, la que había también rechazado el merengue por ser “música indecente”.
Trujillo, a sugerencias de Rafael Vidal Torres, había utilizado a Ñico Lora y Toño Abreu para congregar asistentes a los mítines de su campaña electoral de 1930. Anteriormente, en la década de los 20, Juan Francisco García en Santiago, y Juan Bautista Espínola Reyes en La Vega, habían intentado llevar el merengue a las orquestas urbanas sin resultados favorecedores.
Espínola Reyes los bautizaba como “danza típica” para introducirlo en los salones del Casino Central de su ciudad natal.
En las décadas de los años 40 y 50 el merengue tuvo una época de esplendor, aunque matizado por las obligadas loas a Trujillo y su obra de gobierno.
Era la época de las Orquestas de Luis Alberti, Antonio Morel y las diferentes agrupaciones de La Voz Dominicana, entre las cuales sobresalía la Super Orquesta San José.
Trujillo
Al caer la dictadura, en las décadas de los 60 y 70 surgieron nuevos talentos, como Johnny Ventura, Félix del Rosario, Wilfrido Vargas y Rafael Solano, entre otros.
A partir de los años 80 las orquestas y combos, con honrosas excepciones, comenzaron a dar preferencia a la adaptación de ritmos y géneros extranjeros, lo cual, a nuestro entender, hizo a un lado el merengue tradicional. , La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaro en noviembre al merengue como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Merengue
—2— Generaciones
El merengue típico no perdió su esencia. Surgieron varias generaciones de músicos populares: Pedro Reynoso, Isidoro Flores, Chichito Villa, Miguel Santana, Tatico Henríquez y Ramón Mézquita (Matoncito).
—1— Actuales
En la actualidad se destacan, entre otros, los maestros del acordeón Arsenio de la Rosa, Rafelito Román, Nicolás Gutiérrez, King de la Rosa y Krency García (el Prodigio).
*Por AMÉRICO MEJÍA LAMA
INVESTIGADOR