China.– El gran endurecimiento monetario global de 2015 está en camino, pero no lo encabeza la Reserva Federal.
A pesar de que las autoridades estadounidenses evalúan si subir las tasas de interés este mes, una reciente fuente de liquidez del banco central en los mercados financieros se está agotando y su pérdida explica en parte la volatilidad de agosto.
Detrás de la declinación se encuentran las reservas en moneda extranjera que administran los bancos centrales. Acrecentadas luego de las crisis financieras de fines de la década de 1990 como amortiguación ante huidas de capital y caídas de monedas, los montos acumulados declinaron en el primer trimestre a US$11,43 billones, mientras que eran de US$11,98 billones a mediados del año pasado, según el Fondo Monetario Internacional.
Lo que impulsa la caída es una combinación de fuerzas que comprenden la desaceleración económica y la reciente devaluación en China, el inminente aumento de tasas de la Fed, el derrumbe del petróleo y las decisiones de Suiza y Japón de dejar de intervenir en sus monedas.
Cada una significa que los bancos centrales reducen sus reservas para compensar una salida de capitales o administrar sus monedas, que a sus economías ingresa menos dinero o que ya no necesitan acumular tanto.
Cualquiera sea el motivo, la contracción de las reservas significa que es mucho menos el dinero que ingresa al sistema financiero dado que las autoridades tendieron a reciclar su acumulación de dinero en moneda local o activos líquidos como bonos.
En palabras del estratega de Deutsche Bank AG George Saravelos y colegas suyos: bienvenidos al mundo del “endurecimiento cuantitativo”.
Normalización lenta
Pronostican que 2015 marcará el punto más alto de la acumulación de reservas luego de dos décadas de crecimiento con China a la vanguardia, en tanto su nuevo régimen monetario significa que tiene que reducir reservas para evitar una caída libre del yuan. Ya ha disminuido sus tenencias a US$3,65 billones, en comparación con US$3,99 billones de 2014.
En cuanto a los mercados, Deutsche Bank dice que una menor acumulación de reservas significaría mayores rendimientos de los bonos y un dólar en ascenso contra monedas rivales, entre ellas el euro y el yen. Esas implicaciones valen también para otros bancos centrales si el consecuente aumento de los costos crediticios del mercado afecta su capacidad de endurecer su política monetaria.
“Es probable que esa fuerza sea un persistente obstáculo para la salida de los bancos centrales de los mercados desarrollados de una política heterodoxa en los próximos años, lo que representa una fuente adicional de incertidumbre en la economía global”, dijeron el martes Saravelos y sus colegas en un informe a clientes.
“El camino a la ‘normalización’ probablemente siga siendo lento y con abundancia de dificultades”.