Me sumo a ese reconocimiento

Me sumo a ese reconocimiento

Me sumo a ese reconocimiento

Desde la butaca del discípulo me sumo sinceramente al homenaje que la Cámara de Diputados acaba de rendirle a mi antiguo maestro Fidelio Despradel.

Hace muchos años que aun militando los dos en el mismo campo de la izquierda, sostengo divergencias con puntos de vista políticos y determinadas concepciones políticas de Fidelio, pero sería demasiado mezquino de mi parte el pretender por esto ignorar los méritos de este emblemático luchador, de la mano del cual asistí al primer cursillo de marxismo/leninismo que se impartió en el país en octubre de 1962.

Recuerdo la tarde aquella en que después de haber viajado desde Nagua, estaba yo en la sala de espera del local de la Agrupación Política Catorce de Junio, 1J4, cuando entró a pasos rápidos aquel joven robusto de ojos azules y pelo rubio rizado con su bulto de mano en ristre. La sala se llenó con su presencia y, supe quién era el recién llegado, cuando mi compueblano y compañero de viaje Oscar Cabral me dijo en voz baja: “Ese es Fidelio Despradel”.

Venía a buscar a varios compañeros del Cibao que aguardábamos allí y en un carro Renault que él condujo a alta velocidad por el malecón rumbo al sur, nos llevó a una casa por el doce Haina en la que se impartió el cursillo que duró cerca de un mes.

Allí nos encontramos con Manolo, nuestro líder, a quien vi por primera vez. En ese curso, impartido por inolvidables profesores, me encontré con la doctrina que le dio sentido pleno a mi vida y me dio la libertad porque me iluminó la conciencia.

Desde entonces contraje un matrimonio por amor, por convicción y sin divorcio, con el marxismo/leninismo y con todo eso Fidelio tuvo demasiado que ver. Aparte de que gran parte de mis primeros años de militancia en la izquierda los viví en el 1J4, precisamente con Fidelio como orientador y compañero, después de morir Manolo.

Si esas son mis razones personales para sumarme al homenaje, hay otras que van mucho más allá de lo personal y tienen que ver con el ejemplo de perseverancia, con los esfuerzos que ha hecho por aportar al avance del movimiento revolucionario y al avance de nuestro país, y con el ejemplo de decencia que ha dado en su largo ejercicio de la política. Gracias y felicitaciones, compañero Fidelio.



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