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“Me salvó la vida”: Raúl de Molina agradece a su hija Mía tras complicación por cirugía

Raúl de Molina y su hija
📷 Raúl de Molina y su hija Mía.

Miami.— Tras mes y medio alejado de las cámaras, el carismático presentador Raúl de Molina regresó este lunes 14 de julio al set de «El Gordo y la Flaca», visiblemente más delgado, renovado y con una historia personal profundamente emotiva que conmovió tanto al público como a sus compañeros de trabajo.

Durante su regreso al popular programa de entretenimiento, Raúl compartió los difíciles momentos que vivió tras someterse a una cirugía abdominal en la que se le retiraron más de 15 libras de grasa.

Aunque el procedimiento fue exitoso, días después enfrentó una crisis de salud que puso su vida en riesgo.

“Llevo unas seis semanas afuera después de que me operé la barriga… A mí me quitaron 15.4 libras de aquí nada más”, comentó mientras señalaba su abdomen, orgulloso de su nueva figura.

El popular presentador de televisión Raúl de Molina.

Sin embargo, el verdadero drama ocurrió durante su recuperación. Raúl relató que sufrió un desmayo repentino en su casa, situación que podría haber tenido consecuencias fatales de no haber sido por su hija Mía, de 25 años, quien estaba con él en ese momento.

“Con todas las peleas que tengo con ella, se ha portado de maravilla, como la mejor hija del mundo. Se mudó a nuestra casa por seis semanas. Fue la que me salvó el día que me desmayé. De verdad que Mía se ha portado espectacular”, expresó visiblemente conmovido.

Fue precisamente Mía, quien ya vivía de manera independiente, la que reaccionó con rapidez: llamó a emergencias y cuidó de su padre en esos momentos cruciales.

Lili Estefan, su compañera de set, ofreció más detalles sobre ese día:

“Tú cuando te tomas las pastillas, a los dos o tres días te desmayas el domingo, tempranito por la mañana. Mía estaba supuesta a irse a una clase de pilates y estaba tarde. Siente como un golpetazo, como algo que cayó al piso, y va para allá a ver y se encuentra a Raúl desmayado”.

El regreso de Raúl de Molina al programa estuvo marcado por muestras de afecto, agradecimientos al personal médico y una profunda valoración del apoyo de su familia, especialmente de su hija.

“Si Mía no hubiese estado ahí, no sé qué habría pasado. Hoy puedo decir que estoy vivo gracias a ella”, reconoció.

Ahora, con 15 libras menos y un renovado entusiasmo, Raúl está listo para retomar su lugar frente a las cámaras, más agradecido con la vida y con su familia que nunca.

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