Mayor inversión y más trabajo
Siempre he sostenido que los atletas dominicanos, en especial aquellos que triunfan en eventos internacionales ante otros de países desarrollados, son héroes de pies a cabeza.
Y los son, porque ponen cuerpo y alma en procura de la victoria en condiciones muy desfavorables.
Todo ese esfuerzo lo realizan, como diría un conocido presentador. “para poner en alto la bandera tricolor en playas extranjeras”.
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Además, para la casi totalidad, como una forma de dar un gran salto social y económico, dado que provienen en estratos muy deprimidos.
A los atletas de países como el nuestro, quienes más los admiran son sus colegas, que conocen los sacrificios e inconvenientes extremos que tienen que superar para alcanzar el triunfo.
Mientras eso sucede, “dirigentes” de federaciones, muchos de ellos “vagos y oportunistas”, se aprovechan del denuedo y el empeño con realizan su actividad estos atletas, sin pausas, en las canchas.
Esa situación es conocida por la máxima dirigencia, que ante esa lamentable e incuestionable realidad se hace la sorda, ciega y muda.
Todos los organizados en el movimiento deportivo conocen perfectamente esa realidad.
Si esa penosa condición se mantiene, y se continúa apoyando desde el seno mismo del movimiento, se les da toda la razón a los que consideran que desde hace años el deporte dominicano necesita una especie de “revolución” que estremezca sus cimientos.
Desde hace un tiempo muchos dirigentes no se sienten a “gusto” con los recursos que reciben, y podrían tener razón para ello, pero lo primero es que deben demostrar resultados, porque si los hubiese en proporción a la inversión, todos estarían satisfechos.
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