Mascarillas y civismo

Mascarillas y civismo

Mascarillas y civismo

Fue necesario que pasaran varias semanas, pero al fin la población dominicana comienza a darse cuenta de que es mejor llevar puesta una mascarilla para proteger las vías respiratorias, que correr el riesgo de ser víctima por contagio de la famosa gripe AH1N1. Pero finalmente parece que estamos aprendiendo a acatar las recomendaciones que se nos hacen por nuestro bien, especialmente si se trata de la salud.
Cuando viajé recientemente a Taiwán, lo primero que vi fue a todo el personal de Migración, y posteriormente también al de Aduanas, con sus mascarillas disciplinadamente colocadas en la cara, cubriéndose boca y nariz. Luego, ya en plena calle, una gran mayoría de transeúntes estaba en la misma onda, hasta llevarme a descubrir que ese comportamiento de la gente era generalizado en casi todo el país.
Ese espíritu de grupo integrado por personas conscientes de sus deberes y obligaciones es algo que hace mucha falta entre nosotros. Es el mismo espíritu que induce a los ciudadanos de aquel lejano país a no tirar un papelito ni una colilla de cigarrillo al suelo, en la calle, actitud que también nos hace muchísima falta. Por algo resulta difícil encontrar el más mínimo sucio en los lugares públicos de Taipei.
Talvez algún día alcancemos los dominicanos ese grado de civismo. Soñar no cuesta nada.



El Día

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