SANTO DOMINGO.- El obispo de la Diócesis de Baní Víctor Masalles, definió al papa emérito Benedicto XVI, fallecido hoy a los 95 años, como un campeón en la fe que tuvo que enfrentar a los Judas de dentro y a los juicios y tribunales del mundo.
«Se apagó la vida de un campeón en la fe, Obispo, Doctor y Mártir. Obispo por llamada, Doctor por su extraordinaria sabiduría y Mártir, tuvo que enfrentar a los Judas de dentro y a los juicios y tribunales del mundo. Que Dios lo tenga en el lugar que tanto se merece. ¡Danke Papst!», expresó Masalles en su cuenta de Twitter.
Se apagó la vida de un campeón en la fe, Obispo, Doctor y Mártir. Obispo por llamada, Doctor por su extraordinaria sabiduría y Mártir, tuvo que enfrentar a los Judas de dentro y a los juicios y tribunales del mundo. Que Dios lo tenga en el lugar que tanto se merece. ¡Danke Papst! pic.twitter.com/u833pWPADT
— Monseñor Víctor Masalles (@VictorMasalles) December 31, 2022
Benedicto XVI falleció hoy a los 95 años de edad en el monasterio vaticano en el que residía desde su histórica renuncia en 2013, y sus exequias serán la próxima semana, de forma sobria y solemne, siguiendo su voluntad.
El papa Francisco oficiará el funeral por el pontífice emérito Benedicto XVI el próximo 5 de enero, a las 9.30 horas (8.30 GMT), en la plaza de San Pedro, informó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.
El Vaticano informó hoy de la muerte del pontífice alemán, que había renunciado en 2013, con un escueto comunicado- “Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido a las 9-34 horas (8- 34 GMT) en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano». Según avanzó Bruni, Benedicto XVI dejó como última voluntad que su funeral fuera “lo más sencillo posible. Solemne pero sobrio».
También explicó que en el momento del fallecimiento Benedicto XVI se encontraba con su fiel secretario, monseñor George Ganswein, y con las cuatro mujeres del movimiento “Memores Domini ” que le han atendido los casi 10 años en los que vivió en el monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines vaticanos, pues hacían turnos para no dejarle solo ni un momento.