No imaginé que mi reciente comentario sobre la excesiva cantidad de días feriados que contempla el calendario dominicano iba a provocar tantas reacciones entre mis amables lectores. Pero así fue.
He recibido muchísimos emails sobre el tema, todos muy ingeniosos e interesantes. Por ejemplo, me parece muy atinado lo que me escribe el señor Rolando Saldaña:
Un país dice- no puede desarrollarse mientras se institucionalice el culto a la holgazanería y el hedonismo colectivo. Esa ley que regula los días festivos debe ser modificada. Nuestra nación pierde una millonada incuantificable de dinero al mantener apagado su aparato productivo, secuela de la mencionada ley.
A seguidas afirma el sensato lector que los días festivos deben reducirse y es bueno que los legisladores tomen carta en el asunto, para lo cual propone que solo deben dejarse como no laborables las siguientes fechas:
– El día 1o. de enero: Año Nuevo.
– El 21 de enero solo sería festivo en la provincia La Altagracia, Villa Altagracia y los municipios que tengan como su matrona, a la Virgen de la Altagracia.
– El 27 de febrero: Día de la Independencia Nacional.
– El Viernes Santo.
– Las actividades del 1o. de mayo se transferirían al sábado más próximo.
– El 16 de agosto solo sería festivo cuando se juramente un nuevo presidente
– El 24 de septiembre, día de las Mercedes, solo sería festivo en la provincia de La Vega; y por último,
– El 25 de diciembre, con motivo de Navidad.
Con mi propuesta -concluye Saldaña- dejaríamos a nivel nacional solo cuatro (4) días festivos: Año Nuevo, 27 de febrero, Viernes Santo y 25 de diciembre, a ser celebrados sin puentes.
(A mí me gusta la idea ¿y a usted?).