El país no ha podido tener una buena experiencia cuando se trata de desprendimiento de intereses particulares para colocar alpaís rumbo a un verdadero tendimiento en temas cardinales.
Desde que el presidente Luis Abinader asumió el 16 de agosto se ha hablado de mesa de diálogo en varias ocasiones, con la mala experiencia de que el país está totalmente dividido por un tema coyuntural como el aborto y las tres causales.
La sociedad dominicana está lacerada sin un acuerdo mínimo que facilite la necesaria aprobación de un Código Penal sin tanto ruido como el causado con la penalización o no de la interrupción del embarazo.
Por lo mismo
Con el aborto y las tres causales ha ocurrido lo mismo de siempre: cada quien presume que tiene la verdad y nada quiere ceder por llegar a un punto intermedio. Igual ha ocurrido con el llamado pacto elétrico, que tuvo que ser aprobado y se ejecuta con la disidencia de algunos sectores.
Mal aprendizaje
Los dominicanos han obtendio muy baja calificación cuando se hace un examen sobre metas logradas en un diálogo.
Una de las causas podría buscarse en la desconfianza entre los actores predominantes y en la clase política. Máxime, si ese diálogo se propone muy cerca de un proceso electoral.
En el país se necesita por un diálogo entre sectores que aprendan a escuchar y ceder en sus rígidas posiciones, totalmente asumidas por cuestiones ideológicas y políticas.