El tema ha trascendido lo meramente farandulero y se ha convertido, por lo menos en la República Dominicana, en una cuestión de Estado. El fenómeno Martha Heredia, la novata cantante nuestra de 19 años que mañana se enfrentará al formidable chico costarricense, viene dando muestras de una indomable fibra artística que, de imponerse en esta última prueba, la convertirá en el indiscutible nuevo ídolo de la canción latinoamericana.
Pero digo mal. Para los dominicanos ya Martha es nuestro ídolo, aun cuando las votaciones finales le reserven tan solo un segundo lugar. No me cabe la menor duda de que, cuando regrese al país, con el primer o el segundo lugar del concurso, le lloverán las ofertas de los promotores artísticos del patio y de afuera, para presentarla en los escenarios criollos y extranjeros.
Vayan estos Buenos Días cargados de optimismo para que lleguen crecidos a Buenos Aires y le reafirmen a Martha Heredia la seguridad que la han caracterizado a lo largo de la afamada competencia internacional. Estamos todos confiados en las habilidades artísticas de Martha, pero tampoco olvidemos que para que ella gane se necesitan, además, los votos de sus seguidores, según el mecanismo y las reglas del certamen
Martha es muy buena artista, insuperable, eso lo sabe todo el mundo
¡pero sin votos no se gana! Ya lo saben todos. ¡A votar por Martha!