Moroccan King Mohammed VI stands as he inaugurates the Noor 1 Concentrated Solar Power (CSP) plant, some 20 kilometres (12.5 miles) outside the central Moroccan town of Ouarzazate on February 4, 2016. Noor 1 is one of the largest solar plants in the world, which is the first stage of a larger project designed to boost renewable energy production in Morocco. / AFP / FADEL SENNA
Rabat, Marruecos.- Marruecos ha solicitado a varios países petroleros del Golfo Pérsico que vayan más allá del apoyo político a su país en el conflicto del Sáhara Occidental y que inviertan en un territorio donde las inversiones extranjeras son escasas, según señala hoy el sitio web yabiladi.com.
Según el sitio, este mensaje es el que fueron a transmitir específicamente los ministros marroquíes del Interior, Mohamed Hasad, y de Finanzas, Mohamed Busaid, en las visitas que ambos acaban de realizar a Kuwait y a Arabia Saudí entre el 3 y el 7 de febrero.
Hasad y Busaid entregaron al emir de Kuwait y al rey de Arabia Saudí mensajes del rey Mohamed VI para que se impliquen en “proyectos de desarrollo” en la región.
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Estas visitas, que no tuvieron ningún eco oficial, se produjeron justo cuando Mohamed VI se encontraba en el Sáhara Occidental en una visita de varios días en la que anunció gigantescos proyectos de inversión en cuestiones tan diversas como fertilizantes, plantas de desalinización, centros de enseñanza, acuicultura y pesca o remodelación de puertos.
El Sáhara Occidental, que Marruecos llama “provincias del sur» desde su ocupación hace ya 40 años, está lastrado en su desarrollo económico por la política de renta y subvenciones y por la reticencia de las compañías extranjeras a invertir en el territorio, aun en ámbitos prometedores como la energía solar o el petróleo.
Los medios empresariales reconocen discretamente que no desean invertir en el territorio hasta que se encuentre una solución definitiva a su “statu quo” que ponga fin al conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario. Por eso mismo, la generosa financiación que Marruecos recibe de la Unión Europea o de organismos internacionales no suele llegar nunca al Sáhara.
Con esta nueva ofensiva diplomática ante los países árabes, Marruecos trata de convencer así a sus aliados incuestionables -a los que presta su apoyo político y militar en el conflicto sirio y en el yemení- de que inviertan en el Sáhara y remedien así la ausencia de inversiones de otros socios.
El único país que hasta ahora ha respondido positivamente a esta solicitud marroquí es Catar, cuya compañía estatal Qatar Petroleum anunció este mismo febrero que compraba a la compañía Chevron el 30 % de una licencia de prospección petrolera en las aguas saharauis.
Los países del Consejo de Cooperación del Golfo firmaron con Marruecos en 2011, en plena “primavera árabe”, un acuerdo de asociación estratégica por el que se comprometían a financiar en Marruecos proyectos por valor de 1.000 millones de dólares anuales entre 2012 y 2016.