Tras el silbatazo que sentenció una nueva eliminación en el Mundial, Rafael Márquez se dio tiempo de consolar a algunos compañeros que sí terminaron el partido y lloraban. Luego, se persignó, miró al cielo y desapareció por el túnel del estadio.
Jamás volverá a entrar en la cancha, ni con la selección ni con club alguno. Después de cinco Copas del Mundo y una carrera de casi 22 años, la carrera de Márquez tuvo un triste final el lunes, cuando México cayó ante Brasil.