MADRID. — El presidente en funciones del gobierno español, Mariano Rajoy, dijo el martes que seguirá adelante con las negociaciones para tratar de formar un gobierno de coalición, después que las elecciones del 20 de diciembre le dieron a su Partido Popular la mayoría de votos, pero muy lejos de una mayoría parlamentaria.
Rajoy dijo que la mejor opción para España es “una mayoría estable para toda la legislatura”, controlada por una mayoría que pueda aprobar fácilmente aquellas iniciativas importantes, pero evitó mencionar los nombres de los partidos con los que buscaría aliarse.
La mejor opción es formar un Ejecutivo “con amplio apoyo parlamentario, capaz de gobernar y de generar confianza dentro y fuera de España y que dé estabilidad y certidumbre”. Además, manifestó que se opone a cualquier alianza con el partido de izquierdas Podemos porque dijo que esta organización busca que los votantes en Cataluña decidan si quieren separarse de España.
“Es muy difícil pedir apoyo a partidos que quieren la ruptura de España”, señaló. Rajoy no mencionó los nombres de principal partido de oposición, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), ni al nuevo Ciudadanos, que simpatiza con los empresarios, y a los que necesitaría para obtener el gobierno de mayoría que necesita.
Aunque Ciudadanos sería ideológicamente adecuado para el Partido Popular, no ganó suficientes asientos como para aliarse con el PP para una mayoría parlamentaria.
Por su parte, los socialistas han descartado aliarse con Rajoy y su partido. El PP ganó 123 escaños en la cámara baja del Parlamento de 350 miembros, menos de los 186 con los que llegó en 2011. El PSOE ganó 90 escaños, seguidos por Podemos y sus aliados con 69 y Ciudadanos con 40.
Los 28 asientos que restan se repartieron entre seis partidos menores. Los analistas prevén semanas o meses de incertidumbre antes de que el país tenga un gobierno en funciones liderado por el Partido Popular o el Socialista, o de que se convoque otra vez a elecciones en la primavera si no se logra un acuerdo.
Rajoy enfrenta en enero una votación parlamentaria sobre si podrá reasumir su posición como líder del gobierno. El sistema electoral español indica que tras las elecciones, la primera sesión de investidura requiere un apoyo de mayoría absoluta (la mitad de los parlamentarios más uno) para nombrar un presidente. Si no lo logra, hay una segunda sesión dos días más tarde en la que sólo hace falta mayoría simple.
Esto implica que la abstención de sus rivales puede bastar para investir a un presidente, sin necesidad de que lo apoyen de forma expresa. Si después de dos meses nadie ha conseguido formar gobierno, el rey Felipe VI, jefe del Estado, puede convocar nuevas elecciones.