Joan Vargas 
La Marcha Verde se ha movilizado por las principales provincias del país para repudiar la corrupción y la impunidad, tomando el caso de Odebrecht como bandera. ARCHIVO.
SANTO DOMINGO.-El efecto fenomenológico del movimiento Marcha Verde ha sido la clave para su permanencia en el escenario dominicano, reviviendo la voluntad ciudadana de lucha pacífica.
El clima de inconformidad y expectativa tras los escándalos de sobornos por parte de Odebrecht, provocó el llamado para la manifestación del 22 de enero de 2017, siendo la génesis que produjo una serie de protestas en las principales provincias.
“María Teresa Cabrera, Carlos Pimentel, Hamilk Chaín y yo asumimos la propuesta de convocar a otras organizaciones para realizar una caminata.
El 2 de enero de 2017 tuvimos una reunión en la UASD con representantes de organizaciones sociales de todas las provincias, donde se decidió convocarla para el día 22, explicó Jonathan Liriano, activista del movimiento.
Pueblo es protagonista
Pensando en cambiar la forma de convocar a una actividad de este tipo, los organizadores decidieron darle otro enfoque para que no fuera un simple reclamo contra la corrupción, sino una manifestación que, utilizando el verde esperanza y los pasos de la gente, ayude ampliar la conciencia para superar la impunidad.
Liriano dijo que el movimiento demostró que se puede convocar a población por causas justas.
“No fue una marcha contra nadie, fue una actividad a favor de la gente y de la conquista social.
Ese cambio de enfoque dio al traste con ese resultado que nadie se esperaba, donde más de 80 mil personas marcharon en la primera manifestación, lo que desbordó las expectativas”, manifestó Liriano.
Para mantener la indignación, emoción y deseos de cambio entre sus integrantes, el movimiento utilizó como principio básico al ciudadano como protagonista, formándose en varias provincias grupos que exigían participación, donde cada manifestación era más exitosa que la anterior, multiplicando la incidencia a nivel nacional.
“La Marcha Verde atrajo el apoyo de todos los sectores y partidos políticos. Comprendimos que no debía ser una confrontación o sustitución del régimen de partidos, sino un movimiento social enfocado en su característica de contribuir en un cambio”, explicó el activista.
Logros del movimiento
Liriano indicó que el estancamiento del dinamismo social-político y la falta de una oposición con visión diferente al oficialismo hacen que muchos entiendan que, más allá del activismo, la Marcha Verde debe jugar el rol de los partidos, teniendo como elemento sobresaliente la diversidad que lo representa.
El activista social señaló que a un año del surgimiento, el movimiento Marcha Verde ha provocado un cambio de contexto, abriendo las puertas de la esperanza, posicionando el tema de la corrupción como la principal preocupación de la ciudadanía y de la discusión política en el país, enfoque que asegura pretenden mantener.
Juicio concentrará mayor atención
Planes. El activista social y representante de la Marcha Verde, Jonathan Liriano, indicó que entre los planes del movimiento esta mantener la incidencia del caso Odebrecht en el debate público a través de las denuncias y movilizaciones, para que la atención de la gente sea masiva durante el juicio a los implicados.
“Odebrecht es el principal caso de impunidad y el que tenemos como bandera, porque involucra parte de las principales figuras del sector político y puede ser un buen ejemplo para la sociedad si se aplica la justicia”, indicó.
Liriano agregó que en la actualidad el movimiento se está preparando para poner sus mayores esfuerzos en el juicio preliminar en busca de que la gente se exprese y tenga un costo político la decisión que se tome.
