Mamá: la puerta a la vida

Mayo nos invita a celebrar el Día de las Madres, una fecha que va más allá de los gestos simbólicos. Es una oportunidad para mirar, desde el alma, el vínculo más profundo que nos conecta a la vida: el lazo con mamá.

Desde la mirada de las constelaciones familiares, mamá no sólo es la mujer que nos dio la vida. Es la puerta de entrada a nuestra existencia, el primer gran amor, la base sobre la que construimos nuestra relación con el mundo.

A través de ella recibimos no sólo el cuerpo, sino también la pertenencia al sistema familiar y a nuestro destino.

Algunos vínculos maternos están llenos de ternura; otros, de silencio, dolor o ausencia. Sin embargo, el alma reconoce a mamá como la primera. No importa lo que haya ocurrido: si tomamos la vida, la tomamos a través de ella. Cuando rechazamos a mamá, inconscientemente también rechazamos partes de nosotros.

Honrar a mamá no implica justificarlo todo, sino darle su lugar en nuestro corazón y en nuestro sistema.
Mirarla como una hija, mira a su madre: mirarla desde abajo, con humildad, reconociendo que ella vino antes.

Este mes nos ofrece un espacio para agradecer, sanar o simplemente abrirnos a ver con más claridad. Observar cómo ese vínculo se manifiesta hoy (en nuestras relaciones, en nuestra forma de cuidarnos, en nuestro lugar en la vida) es un acto de conciencia profunda.

Porque sólo cuando ocupamos nuestro lugar como hijos, mamá puede ocupar el suyo como madre. Y desde ahí, el amor empieza a fluir con fuerza y libertad para que tu puedas alcanzar tu verdadero potencial en la vida.