Llamarles mafias a muchos mal designados sindicatos de transporte dominicanos seguramente no difama, pues sus acciones ilícitas organizadas en perjuicio del publico y hasta de sus propios clientes, las evidencian como bandas que solo defienden sus propios intereses inescrupulosamente.

El más reciente ejemplo, aparte de los ya habituales bloqueos en los puertos, ocurrió hace apenas horas cuando choferes de “voladoras”, y otros minibuses, interrumpieron el tránsito en carreteras del este. Su motivo fue “exigir” a las autoridades revocar la autorización a Autobuses Metro para transportar pasajeros en esa zona que creen “suya”. Los sediciosos –término clínicamente preciso— amenazaron con una huelga que según ellos cerraría el aeropuerto de Punta Cana, el mayor del país.

En vez de fajarse a competir como empresarios, ofreciendo mejores precios y servicios, estos mafiosos bravuconean y hasta rompieron vidrios de guaguas privadas. Si las autoridades siguen permitiendo estas barbaridades, ¿dónde iremos a llegar? Solo mafiosos apoyados por autoridad, aun sea su propia capacidad de violencia ilícita, desafían la ley y el orden tan flagrante e impunemente.