Maestros
Releí el conocido discurso de Óscar Arias, expresidente de Costa Rica y premio Nobel de la paz, en la V Cumbre de las Américas, explicando qué hemos hecho mal los latinoamericanos, tan rezagados frente a países desarrollados. Recuerda que Bolívar argumentó que americanos y europeos nos mangonean más por nuestra ignorancia que con la fuerza.
En un brinco típico de mi aparente desorden mental, pasé a noticias sobre los lentos e insuficientes avances de la instrucción pública básica. Insisto que el sindicato de maestros, la ADP, ha dañado la educación tanto como el zar eléctrico a las EDE.
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Pasé al chat de amigos que celebraremos en 2026 medio siglo de sobrevivir la secundaria y agradecí a Dios haber tenido excelentes profesores.
Una de las discusiones en clase (creo que era de historia) que más me impactó fue en febrero de 1973 cuando la guerrilla de Caamaño.
Lucía Hernández, nuestra inolvidable Mrs. Dalmau, con insuperable destreza empleando la mayéutica socrática, que lleva al estudiante a sus propias conclusiones mediante preguntas bien dirigidas por el maestro, nos hizo entender el contexto y la dialéctica: cómo ese suceso fue una continuación ilegal del conflicto local de 1965 entre derecha e izquierda y en el ámbito geopolítico parte de la guerra fría entre gringos y soviéticos.
¡Para mí fue una epifanía! La capacidad analítica se desarrolla en el aula. Ojalá pudiéramos clonar cientos de maestros así. Gracias Mrs. Dalmau.
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