Luis Enrique y su emotivo triunfo: un eterno recuerdo para su hija Xana

Santo Domingo.- Luis Enrique ha escrito una página dorada en la historia del fútbol, cuando el Paris Saint-Germain se coronó campeón de la Champions League tras vencer al Inter de Milán con un imponente 5-0.
Más allá de la contundente victoria y de la genialidad táctica del técnico español, la noche estuvo marcada por un momento profundamente emotivo: el homenaje a su hija Xana, fallecida en 2019 a causa de un osteosarcoma.
Entre las ovaciones de los aficionados y el júbilo de sus jugadores, Luis Enrique vivió un instante de recogimiento junto a su esposa, Elena Cullell, y sus hijos, Pacho y Sira.
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Los cuatro no pudieron contener las lágrimas al ver colgada en el estadio una pancarta dedicada a la pequeña Xana, recordando que, aunque físicamente ausente, su espíritu sigue siendo parte esencial de la familia.
“Xana está con nosotros todos los días, se gane o se pierda, estemos de buen humor o no. Cuando uno ama de verdad, siempre está contigo. Hoy seguro que estaría por aquí corriendo, aunque ya sería más mayor. Ha sido un día muy bonito, compartirlo con la familia, los amigos y todos los aficionados”, declaró Luis Enrique, con la voz entrecortada, a los micrófonos de la Champions.
El técnico asturiano, quien contrajo matrimonio con Elena en 1997, en la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona, ha construido una familia sólida y resiliente, que ha sabido encontrar la fuerza para seguir adelante tras la dolorosa pérdida.
Sus palabras, cargadas de amor y serenidad, recordaron a todos que el fútbol es mucho más que un juego: es también un escenario donde las emociones más profundas cobran vida.
Al final del partido, mientras los focos iluminaban la copa de la Champions y los cánticos retumbaban en el estadio, Luis Enrique no quiso olvidar a nadie.
Recordó también a Kylian Mbappé, quien ya no forma parte del PSG, y habló de su equipo con la misma pasión con la que habló de su hija: “Hemos demostrado que nuestras estrellas están al servicio del equipo. Eso es lo que más me gusta. Ahora a pensar en lo que viene, pero sin olvidar que lo más importante es el corazón que uno pone en todo esto”.
La imagen de Luis Enrique abrazando a su familia, rodeado de sus jugadores, con la mirada al cielo y el recuerdo de Xana latiendo en cada rincón del estadio, fue el verdadero trofeo de la noche. Porque en el fútbol, como en la vida, hay victorias que van más allá del marcador.
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