Ya con la decisión del presidente Luis Abinader de lanzarse a una reelección para obtener otro período más de su mandato, la República Dominicana se posiciona ante un reto importantísimo.

Es la de buscar un nuevo líder político que asuma un liderazgo creíble y con el que el pueblo se pueda sentir tranquilo.

Viendo el panorama de que Abinader podría estar los próximos cuatro años más en el poder, (porque decidir seguir según sus propias palabras no fue fácil), se vislumbra un escenario sombrío porque con su salida de la política se va el último gran líder con que contaba la nación dominicana.

Para nadie es un secreto que un líder confiable, que mueva masas y que tenga la virtud de dar tranquilidad a un pueblo existe quizás mínimamente en estos momentos.

Ahora la tarea es fortalecer a una persona con carisma, que lo conozca el país entero y que la gente conecte con su propuesta política de tal forma que lo convierta en su segura promesa presidencial.

Y esto no debe ser tarea de un solo partido, esto tiene que ser una responsabilidad de todos los que forman parte de la política y todo aquel que le mueve la fe de siempre tener un mejor país, debe ser también de los movimientos políticos, de las federaciones y de todo aquel que está involucrado en un movimiento donde haya muchas personas reunidas.

Igual, como pasa en muchos países de Latinoamérica, aquí hace falta un liderazgo joven, una persona que vaya acorde con sus acciones y que pueda mostrar un interés innato de que de verdad le duele el país y su gente.
Es hora de prender los motores de la verdad y no engañarse con nombres que todavía no están pulidos y no han llegado a la masa campesina que es la que si sale a votar y la que más pendiente a sus problemas está aunque parezca que no.

Hay que embarcarse en el trabajo de preparar líderes y de buscar ese hombre que pueda llegar a la presidencia después del 28 con una mente clara, limpia y que su único interés sea realmente el pueblo dominicano.
De ahora en adelante prepararse debe ser la palabra clave de todo aquel que está en el accionar político y que en algún momento le gustaría llegar a la Presidencia.