Sin duda, la participación dominicana en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, ha sido una demostración más de que cuando se quiere se puede, tras la obtención de por lo menos tres medallas por parte de República Dominicana.

La última de Crismery Santana coloca en alto al país, cuando parecía que se iba a quedar huérfana de volver a subir al pódium.

A pesar de los triunfos, insisto que hay que realizar movimientos urgentes para darle un giro de casi 180 grados al movimiento olímpico nacional, con miras a derrumbar de una vez por todas a muchos elementos con poder de decisión que representan verdaderos obstáculos para un mayor y mejor desarrollo.

Y el mayor estorbo lo colocan dirigentes que, reitero, se niegan por todos los medios a dar paso a las futuras generaciones, por causas conocidas por todo ese engranaje obsoleto que está hoy en puestos de mando.

Hay que hacer énfasis de que aunque hoy el deporte está recibiendo un poquito más de apoyo económico, el monto debe incrementarse, pero con un buen manejo administrativo.

Por ello, el deporte dominicano vive momentos en que es necesario un cambio que lo guíe por mejores senderos, aunque algunos esgriman que andamos por buen camino.

Hay que hacer saber a la población que la “guerra” que se libra hoy a lo interno del Comité Olímpico Dominicano es producto de la lucha de intereses; es increíble, aunque todos los detalles todavía no los conoce a fondo la población.

RADARES.- El gobierno tendrá que desembolsar hasta ahora 30 millones de pesos para los medallistas, entrenadores y las federaciones que lograron medallas en Tokio. Por las dos de plata dará 16 millones, y 6 por la de bronce, y unos cerca tres per cápita a los entrenadores.