Se corre el peligro de que todo el esfuerzo y trabajo desplegado por la Cámara de Diputados para la aprobación del proyecto de modificación del Código Penal se quede en ascuas, ya que en el Senado hay sectores interesados en obstaculizar esta iniciativa bajo el pretexto de que debe ser bien discutida y no puede ser “salcochada de prisa”.
Se trata de esconder que la disputa por los temas del aborto y de las tres causales incide negativamente en la suerte que correrá esta pieza en el Senado.
Hay sectores que apelan a la sensatez de los senadores para que el proyecto de Código Penal se apruebe y comience su aplicación con más de 100 cambios que le fueron introducidos en la Cámara de Diputados, mientras que aquellos temas pendientes puedan ser objeto de discusiones más sopesadas y se retomaría cualquier transformación sin las presiones vigentes de parte de los provida y de los proaborto.
Dejar el Código Penal sobre la mesa para ser reintroducido a partir del 16 de agosto no sería bien acogido y el Senado retrasaría la puesta en vigencia de esa legislación tan esperada por más de 20 años.
Gobierno y PRM
El Gobierno y el Partido Revolucionario Moderno no han afinado sus intereses o coyunturales políticas en torno al Código Penal.
Desde la oposición se percibe que desde el Palacio Nacional se estaría gestando un boicot para que el Senado aborte la aprobación de la iniciativa, lo que tendría costos políticos a largo y mediano plazo.
Pero las autoridades tienen la presión de los promotores de las causales, ya que existe un compromiso de campaña.