Aquí están los últimos Buenos Días de este año. ¿Quiere esto decir que serán diferentes a partir del 1 de enero? Claro que no. La Tierra seguirá girando alrededor del Sol igual que siempre y los hombres conservarán sus vicios y virtudes con los mismos vaivenes que les proporcionen las circunstancias.
Es costumbre en esta época hacer una lista de deseos que, si es que llegan a realizarse, lo hacen muy pobremente. Pero aún así, he hecho la mía, que más que una lista, es una declaración de un solo punto.
Lo que quiero para 2010 es que en mi nación todo el mundo cumpla los mandatos de la Ley. Así de simple. Pero en mi deseo los incluyo a todos, desde el Presidente de la República hasta el conserje que limpia la escuela del barrio o hasta el frutero de la esquina.
Amigos lectores, sueñen como yo con nuestro país lleno de gente respetuosa de las leyes. Me dirán que eso es una utopía, y tendrían razón. Pero si cada uno se propone acercarse un poco a ese ideal, habremos conseguido mucho.
¡Feliz Año Nuevo!