El Ministerio de Medio Ambiente comprometió su autoridad cuando con una simple carta hizo una “no objeción” a que se construyera una terminal de autobuses a escasos metros del área protegida Los Tres Ojos y del Parque del Este.
En las audiencias celebradas por el Tribunal Superior Administrativo (TSA) fue más que evidente que hasta esos momentos no había un estudio de impacto ambiental que permitiera a ese Ministerio a autorizar esa polémica obra. Además de que esa dependencia no está para dar “cartas de no objeción”, sino para conceder “licencias ambientales”.
Hasta los manifestantes más activos señalan que no se oponen a la construcción de una terminal de autobuses en Santo Domingo Este, pero que se levante en un lugar donde no dañe dos áreas medioambientalmente tan importantes.
El desacierto de Medio Ambiente ha hecho que futuras opiniones de esa dependencia sean vistas con ojerizas y que posiblemente tenga que recurrirse a un ente extranjero.
Una multa alta
Sin ser Odebrech ni nada que se le parezca, una constructora dominicana fue multada con el pago de 25 millones de pesos por incumplir lo acordado con adquirientes de un proyecto habitacional.
Es posiblemente la multa más alta que haya impuesto Proconsumidor, que a la vez manda un fuerte mensaje a muchos constructores que venden proyectos con unas especificaciones y terminan entregando otras inferiores o que simplemente no cumplen. Las historias de quejas históricamente han sido muchas, veremos si ahora bajan.