
Santo Domingo.-El Parque Nacional Los Tres Ojos constituye uno de los lugares ecoturísticos del país donde se cumple el viejo axioma de que: “al final del túnel, siempre hay una luz…”.
La diferencia radica en que aquí el visitante parece descubrir un mundo nuevo y mágico, donde la naturaleza, después de miles de años, ha puesto los encantos que sólo ella puede explicar.
Aunque sólo se enumeran tres, este monumento natural está compuesto por cuatro manantiales, identificado como el lago de Azufre, La Nevera, Las Damas y Los Zaramagullones.
El primero, de 15 pies de profundidad, fue bautizado así por las manchas blancas en su fondo, que bañistas confundían con ese mineral y su color azul; hoy es un escenario por excelencia para atestiguar, a través de fotos, las más bellas relaciones de parejas.
La Nevera es un estuario, donde se pensaba que el agua era muy fría, pero se descubrió que el sol no penetra y mantiene una temperatura fresca, similar a un acondicionador de aire.
