El ministerio de Obras Públicas pretende construir una terminal de autobuses próximo a Los Tres Ojos. La Academia de Ciencias pidió hoy a las autoridades tener prudencia.
Santo Domingo.-El Parque Nacional Los Tres Ojos constituye uno de los lugares ecoturísticos del país donde se cumple el viejo axioma de que: “al final del túnel, siempre hay una luz…”.
La diferencia radica en que aquí el visitante parece descubrir un mundo nuevo y mágico, donde la naturaleza, después de miles de años, ha puesto los encantos que sólo ella puede explicar.
Aunque sólo se enumeran tres, este monumento natural está compuesto por cuatro manantiales, identificado como el lago de Azufre, La Nevera, Las Damas y Los Zaramagullones.
El primero, de 15 pies de profundidad, fue bautizado así por las manchas blancas en su fondo, que bañistas confundían con ese mineral y su color azul; hoy es un escenario por excelencia para atestiguar, a través de fotos, las más bellas relaciones de parejas.
La Nevera es un estuario, donde se pensaba que el agua era muy fría, pero se descubrió que el sol no penetra y mantiene una temperatura fresca, similar a un acondicionador de aire.
En esta laguna de 22 pies de profundidad, “Tarzán”, un personaje que por su “pindilús” atrae a gran parte de los 100 mil turistas que cada año se dan cita aquí, hace que estos se sientan como en la selva, robándose la atención de todos
Mundo aventura
Mediante una barcaza de madera, junto a un guia, los visitantes atraviesan este manantial para llegar hasta el lago de Los Zaramagullones.
Este es el más grande, y encantador, porque la puesta del sol resulta más radiante que en cualquier otro lugar después de salir de la oscuridad.
Su nombre viene dado por la abundancia que en un tiempo hubo de esas aves acuáticas. Con 25 pies de profundidad, actualmente es un gran reservorio de peces.
El último lago: Las Damas, es el más pequeño, el cual por su diminuto tamaño, de apenas 8 pies era usado como balneario por niños que en época de los tainos, las damas llevaban al lugar.
Orígenes aguas
Las aguas de estos lagos, que reflejan colores indistintos, por la vegetación y sombra, nacen del río subterráneo Brucelas, del entorno de Los Haitises, en Samaná, y desembocan en la playa de Boca Chica, según explicaciones de los guías turísticos Nicolás de Baris; Victor Emilio Abad y Juan José Fernández.
De acuerdo con Mirian Altagracia Pascual, administradora, este parque, adscrito al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, recibe unos cien mil turistas al año, en su mayoría de Estados Unidos, Europa, Francia y Alemania.
Fue dotado de accesos acorde con su conformación en piedras en 1969 por el extinto presidente Joaquín Balaguer, que en 1972 lo declaró área protegida.
Facilidades
Cuenta con unos 16 guias especializados, que dominan varios idiomas; servicios de la Policía Turística y el Servicio Nacional de Protección Ambiental.
La entrada al lugar es de cien pesos y los estudiantes que van en excursión aportan RD$30. En su parte exterior hay llamativos senderos ecológicos decorados con piezas artesanales mágicoreligiosas.