Ayer quedó de manifiesto que las heridas en el PLD aún están abiertas y con vocación a agravarse con el paso del tiempo, pues en muchos casos las ofensas pasaron al plano personal y hasta familiar.
Durante el proceso de primarias de ayer fueron evidentes dos tipos de actitudes mayoritarias: las reacciones violentas y la arrogancia del dinero.
El clientelismo estuvo en sus buenas en plazas como el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo y la confrontación fue la norma en lugares como Santiago, Barahona, San Cristóbal y Dajabón, para solo citar algunos casos. Muchos peledeístas se quejaban ayer públicamente de que del PLD que ellos conocieron no quedan ni las sombras y no parece haber un retorno.
La falta de árbitros complica panorama
También quedó muy en evidencia que en el PLD no hay árbitros. Leonel Fernández y Danilo Medina mantienen posturas diplomáticas, pero recela uno del otro.
En tanto que el Secretario General del PLD está tan atento al proceso de 2020 que ha descuidado atender los cartones actuales. Así, todo anda por la libre y ya el Comité Político dejó de ser el diseñador de estrategias de ese partido.
Coalición disminuida
El PLD se ha ido desprendiendo de actores que en 2012 jugaron su rol en el proceso electoral. Ya están fuera de esa coalición la Fuerza Nacional Progresista, el Partido Reformista Social Cristiano, el Partido de Unidad Nacional, aunque se ganó al Partido Revolucionario Dominicano.