Los taxis amarillos

Los taxis amarillos

<P>Los taxis amarillos</P>

Estoy de acuerdo con la importación de miles de taxis amarillos, pero con dos condiciones:
La primera, que tales automóviles vengan en reemplazo de las chatarras que actualmente circulan en la Capital creando tapones y poniendo en riesgo la vida y la seguridad de pasajeros, peatones y conductores. Que no sean carros “además de”, sino “en vez de”.
La segunda condición que pongo para sentirme contento con la llegada de los amarillos, es que ésto constituya el principio del fin del sistema del concho. En otras palabras, que utilicemos cada vez más el transporte colectivo, o sea las guaguas y el Metro, como sucede en la mayoría de las capitales del mundo sin que ello signifique ninguna catástrofe.
De no ser así, estaríamos agrandando el caos, ya de por sí invivible, a la vez que alcanzaríamos un nivel elevadísimo en el consumo de combustible.
El amarillo es un color muy bonito, no cabe duda. Pero eso no basta para que seamos felices. Hace falta acompañarlo con orden, con inteligencia, con disciplina, con voluntad.



El Día

Periódico independiente.

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