Panamá.– Las brechas que afectan a la mujer en la sociedad debido a una cultura machista también existen en los sindicatos del continente americano, que han iniciado un proceso de “autorreforma” para, entre otros, imprimirle velocidad “al lento avance de la equidad de género” en esas organizaciones.
“La mujer en los sindicatos ha avanzado un poco, ha tenido posiciones intermedias y escasas posiciones de poder, pero cuando tiene una posición de poder no necesariamente lo ejerce. Los hombres siguen tomando las decisiones”, afirmó a Efe la presidenta del Comité de la Mujer Trabajadora de Confederación Sindical de las Américas (CSA), la dominicana Eulogia Familia.
A las dirigentes sindicales “les falta consolidar su liderazgo en el poder y esa es una parte de las cosas que estamos trabajando en la autorreforma”, aseveró la dirigente dominicana.
La autorreforma es un proceso que “contribuye a que los sindicatos se vayan adecuando democráticamente a la inclusión de las mujeres, de la juventud y de sectores que tradicionalmente no eran organizados, como las trabajadores y trabajadores domésticas y los informales».
De lo que se trata, añadió Familia, es de “romper esa barrera» cultural del patriarcado y del machismo, lo que “es difícil”, admitió la dirigente sindical.
Y aunque en el marco de la autorreforma “sí hay avances, en algunas organizaciones más que en otras, no son suficientes para satisfacer ni una cuarta parte de las aspiraciones” que tienen las mujeres dentro de las organizaciones de trabajadores, aseguró.
Familia es una de las cerca de 200 dirigentes sindicales que participaron en Panamá en la II Conferencia de Mujeres de la CSA, un organismo fundado en el 2008 que aglutina a 48 organizaciones sindicales de 21 países y representan a 55 millones de trabajadores.
La Conferencia de Mujeres se celebra cada cuatro años para generar recomendaciones y resoluciones que se llevan al Congreso de la Confederación, que realizará su cuarta edición en abril próximo, también en la capital de Panamá.
El objetivo de la II Conferencia es definir posiciones “tendentes a mejorar la participación de las mujeres tanto dentro de la empresa, con sus derechos garantizados, como en los sindicatos y en la sociedad. Nosotras no solo aspiramos a que la mujer avance en el sindicato, queremos que la mujer trabajadora vaya a ocupar su posición en la sociedad”, dijo Familia.
Isabel Guzmán, dirigente de la Confederación de Trabajadores y Trabajadoras Convergencia Sindical de Panamá, comentó a Efe que tras “muchas dificultades” han logrado establecer el esquema de las cuotas de género para garantizar la participación femenina en la organización.
“Acabamos de pasar un congreso en el que 40 % de la junta directiva son mujeres, pero hemos tenido que hacer un trabajo muy fuerte en las organizaciones sindicales para que den participación efectiva a las compañeras. Ahí hay una resistencia de los compañeros, es un tema de poder, entonces hay definitivamente mucho por hacer todavía”, dijo Guzmán.
El secretario general de la CSA, el brasileño Rafael Freire, aseguró por su parte que es completamente consciente y está convencido de que “no hay democracia sindical sin la participación efectiva de las mujeres».
“Si queremos el empoderamiento de las mujeres en la sociedad tenemos que empezar por nuestra casa. Hay que debatir con nosotros, los hombres, que si no empezamos por nuestra casa, el discurso de empoderamiento afuera es un discurso vacío, es demagogia”, admitió.
En ese sentido, Freire aseguró que “hay una conquista muy fuerte de las mujeres en la CSA”, y pidió a la Confederación “profundizar mucho en las alianzas de nuestras mujeres con movimientos feministas de la región para tener una lucha común».
“No vaya a haber ninguna lucha de las mujeres de las Américas en las que no esté al frente las mujeres de la CSA”, clamó el secretario de la Confederación sindical.