
Campo de refugiados de Dahla (Argelia).- Cuarenta años después de la “Marcha Verde”, el cansancio y la rabia hacen mella en los campos de refugiados saharauis de Argelia, donde vuelve a escucharse un inquietante susurro que habla de armas alzadas.
Una posibilidad, que según dijo hoy a Efe el ministro saharaui de Cooperación, Brahim Mojtar, será “real” si la negociación política sigue varada y se repiten lo que definió como “provocaciones” del rey Mohamed VI de Marruecos. “Todo esto, creemos, sumado a la intransigencia marroquí no hará más que incrementar esa frustración, que podría desembocar en una radicalización de todo este proceso y podría llevar, sobre todo a la población más joven de los saharauis, a reivindicar el retorno a las armas”, subrayó.
“Es palpable que el gobierno saharaui y la dirección política del Frente Polisario están bajo presión continua por parte de los jóvenes reivindicando acción”, agregó en su despacho en Rabuni, zona administrativa de los campos de refugiados saharauis en Argel.
A dos horas y media de coche de allí, rumbo al sur por el plano y pedregoso desierto, en el aislado campo de refugiados saharaui de Dahla, zona cero de las recientes inundaciones, el susurro sobre el retorno de tiempos pasados y violentos queda atemperado por otra preocupación más urgente.

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EFE
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