Los retos y desafíos de la procuradora (2)
Como dije en la entrega anterior, son muchos los retos y desafíos, esto es, los problemas generales y específicos que enfrenta la nueva procuradora general de la República.
Uno de los retos es el de superar la desidia y la falta de motivación de muchos fiscales y procuradores en el país. Asumir un liderazgo unificador y motivador es, a mi juicio, su mayor desafío.
Para lograrlo creo que la procuradora general debe establecer varias estrategias efectivas. En primer orden, la comunicación transparente.
De ahí que debería generar canales de comunicación abiertos y claros, donde los miembros puedan expresar sus inquietudes e ideas, lo que genera confianza y promueve un ambiente de colaboración de fiscales, procuradores y del personal administrativo.
Segundo. Visión compartida. Esto implica definir y comunicar una visión clara y convincente sobre el futuro de la Procuraduría General de la República.
Es decir, cuáles son los propósitos y metas a alcanzar durante su gestión. Para ello debería involucrar a los miembros del Ministerio Público en la creación de esta visión, lo que deberá fortalecer su compromiso.
Tercero. Formación y capacitación. Implementar programas de capacitación que aborden tanto habilidades técnicas como blandas.
Esto no solo mejora la capacidad del equipo, sino que también aumenta la moral y la autoestima.
Dichas metas incluyen darle la reanimación asistida a la Escuela Nacional del Ministerio Público, cuyas actividades formativas y de capacitación permanentes son una necesidad imperiosa y que, lamentablemente, no pueden estar en peor situación que la actual.
Cuarto. Carrera, reconocimiento, recompensas y sanciones. El cuestionamiento del que la propia actual procuradora general hizo, a decisiones que, en su momento, ponían en juego la carrera del Ministerio Público (MP), es una manifestación del incumplimiento, por parte del Consejo Superior del MP y del titular de dicho órgano, del sistema de carrera, generándose con ello discriminación, estancamiento y privilegios irritantes.
De igual forma, se hace necesario crear un sistema de reconocimientos para los logros individuales y colectivos. Celebrar los éxitos, por pequeños que sean, fomenta un espíritu de equipo. De igual forma, la Inspectoría General del MP deberá cumplir su función eficaz, respetando derechos, en las investigaciones y sanciones procedentes cuando de conductas impropias, como la corrupción, se trate.
Todo ello también requerirá impulsar un proceso de cumplimiento de la Ley que Garantiza un Presupuesto Propio y Autonomía Administrativa y Presupuestaria al Ministerio Público y al Poder Judicial, núm. 194-04, pero, demostrando primero el uso eficiente de los actuales recursos en sus manos.
Quinto. Involucramiento en decisiones. Permitir que los fiscales y procuradores participen en la toma de decisiones es crucial. Obviamente, primero a través del Consejo del Ministerio Público, mediante el cual se deben sentir verdaderamente representados todos sus miembros.
Pero también mediante consultas a todos los miembros. Esto no solo mejora la motivación, sino que también puede generar ideas innovadoras.
Un cónclave, en el que se escuchen abogados, expertos y los propios miembros del Ministerio Público se hace necesario, prontamente.
Sexto. Fomentar la diversidad e inclusión. Implementar políticas que promuevan la inclusión y la equidad dentro del organismo. Respetar y valorar la diversidad enriquece el ambiente laboral, de fiscales, procuradores y todo el personal del Ministerio Público.
Séptimo. Mentoría y entrenamiento. Establecer programas de mentoría y entrenamientos puede ayudar a desarrollar talento interno, fortalecer relaciones y mejorar el desempeño general.
Octavo. Objetivos claros y medibles. Proponer metas claras a corto y largo plazo. Esto permite que los miembros del Ministerio Público puedan ver su progreso y se sientan parte del proceso.
Noveno. Escucha activa. Practicar la empatía y la escucha activa con el equipo es clave. Comprender sus preocupaciones y necesidades es fundamental para generar un liderazgo efectivo de la nueva procuradora general de la República.
Décimo. Cultura de innovación. Fomentar un entorno donde se valore la creatividad y se toleren el error y la experimentación son fundamentales.
Esto puede despertar la motivación y el compromiso de los fiscales y procuradores y de todo el personal a su servicio.
Al adoptar estas estrategias, la procuradora general de la República puede, como es su deber, motivar a sus miembros, promover la cohesión y efectivamente elevar la labor y la reputación de la Procuraduría General de la República, en particular, y del Ministerio Público, en general
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