El año que termina ha sido duro, muy duro, para la República Dominicana y el mundo. Todos estamos cansados, aunque el final de estos doce meses parece la puerta a un camino más fácil, más seguro.

Sin embargo, a pesar de las razones para el optimismo, es difícil que así sea. El año que nos espera verá florecer todo lo que el actual ha sembrado, y mucho de eso trae sus propias dificultades.

Es muy posible que los primeros seis meses del 2021 sean testigos del impacto de la crisis económica en el país, que se agote la paciencia que actualmente mantiene callados los descontentos propios de una circunstancia como la actual. Por eso, no hay que dar por sentada la recuperación económica y social. Va a requerir de mucho trabajo conjunto de los dominicanos.

Todos tenemos responsabilidades. Los ciudadanos ya hemos hecho mucho y al final llevamos la parte más pesada. Pero no estaría mal que dejáramos de lado la crítica constante e implacable que ha sido el signo del debate público en los últimos años y que dificultó las labores del Estado al principio de la pandemia.

Ahora bien, en democracia nada es gratis, y el gobierno debe renovar constantemente la confianza de la ciudadanía. Debe tener claras y explicar sin ambigüedades las políticas que ejecutará para enfrentar los problemas.

Y digo renovar constantemente, porque cada error cometido disminuirá su efectividad.

Hay tareas pendientes que no pueden esperar más. Por ejemplo, se anunció que la vacunación empezará en marzo, pero no se puntualizó el programa que se seguirá, más allá de consideraciones generales sobre quiénes serán los primeros beneficiados.

Tampoco está claro cómo afectará a la República Dominicana el retraso que sufrió el esfuerzo conjunto de AstraZeneca y Oxford por causa de fallas en sus estudios de efectividad.

Asimismo, y esto es importante en un tiempo de noticias falsas, tampoco se ha iniciado la campaña de concienciación nacional sobre la necesidad y la seguridad de la vacuna. Los dos meses y días que nos faltan para marzo parecen muchos, pero en realidad es muy poco tiempo.

Hasta hoy, no hay señales de esa tan necesaria campaña. Manos a la obra, para que no nos coja tarde.