Los refajos andan volando por los lados del Congreso Nacional y a los perros hueveros no hubo que quemarle el hocico.
En la Comisión que tuvo a su cargo preparar el informe que se presentaría al pleno de la Cámara de Diputados se confirmó lo “flexibles» que son los reformistas, como ha sido ya su costumbre después de la muerte de Joaquín Balaguer.
También se puso de manifiesto que la oposición más consistente que tiene el Gobierno está dentro de la casa y que ya salen afuera a lavar su ropa sucia, a la luz de todos.
Queda demostrado también lo poco que importa usar el dinero público para pagar los platos que otros rompan.
Asimismo se mostró que la incoherencia del PRM le impide tener triunfos políticos.
Y además, se dejó sentado muy claramente que últimamente la sensatez anda de vacaciones y no da señales de asomo.
La Junta Central Electoral habló de manera clara, precisa y con datos, pero no se le hizo caso. Se decidió con una votación 7-6 que fuera ignorada de manera olímpica.
El Frankenstein sugerido por la Comisión ha resultado un remedio peor que la enfermedad. Lo que saldrá de ahí es mucho peor que no tener Ley de Partidos Políticos.