Los recién nacidos son material desechable

Los recién nacidos son material desechable

Los recién nacidos son material desechable

El 22 de enero del 2019, el Senado de Nueva York aprobó una nueva ley de aborto que permitirá que una madre pueda abortar a su bebe en cualquier momento de su embarazo, aun en el último trimestre.

El legendario cantante Charlie Daniels declaró ante la noticia: «La legislatura de NY ha creado un nuevo Holocausto de ciudadanos indefensos. Satanás está sonriendo.”

Incluso, muchos que apoyan el aborto en sus tres causales están igualmente indignados. Sin embargo, negarse a abortar a estos y aceptar abortar a los otros, meramente por su edad gestacional, es solo una apreciación sensorial. Se ha demostrado vida desde el momento de la concepción y esa misma repugnancia debemos sentir ante el aborto en cualquier etapa del embarazo.

El Dr. Bernard Nathanson era ateo. En 1969 fundó la «Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto», una asociación que intentaba culpabilizar a la “no legalización” de cada muerte en abortos clandestinos. “Llegué incluso a abortar a mi propio hijo.”, aseguró en una ocasión.

El ultrasonido hacia su aparición yen 1975 Nathanson escuchó por primera vez el corazón de un feto, tenía 6 semanas.

A raíz de eso, no volvió a realizar otro aborto y declaró: “El aborto es la interrupción de un proceso que de otro modo habría producido un ciudadano del mundo. La decisión de defender la vida es científica, no religiosa».

Antes de morir, el Dr. Nathanson visitó nuestro país. En su entrevista exhortó a la República Dominicana a no imitar esta ley.

Un abortista una vez describió un aborto que realizó a un bebe a las 14 semanas: “Penetré los fórceps por el cuello del útero dilatado. Sujeté la cabeza del feto en movimiento y cerré los fórceps, comprimiendo el cráneo. Saqué de nuevo los fórceps. Con él arrastré al feto, ya muerto, con el resto del cuerpo intacto”.

En un aborto, el feto muere: decapitado, desmembrado, quemado o ahogado. Esas son las diferentes vías de proceder en su exterminio, de acuerdo a su edad gestacional.

Paradójicamente, los vientres maternos se han convertido en lugares de sacrificio humano por petición de quien debemos recibir el amor más puro e incondicional, las madres; con el permiso de quien debe regirnos en integridad e integración, los gobernantes; obligado a ser perpetrado por aquellos profesionales que fueron entrenados para luchar por la vida, el personal médico.

*Por Patricia Acra



Noticias Relacionadas