
Negociadores de Israel y Hamás se encuentran en Sharm El-Sheikh, Egipto, para mantener conversaciones indirectas sobre el fin de la guerra entre Israel y Gaza.
Es lo más cerca que ambas partes han llegado a un posible acuerdo desde que comenzó la guerra hace dos años.
Pero el plan de paz de 20 puntos de Donald Trump -que Israel aceptó y Hamás parcialmente – es en realidad solo un marco de pocas páginas.
Y aún existen importantes puntos de fricción que ambas partes deben resolver.
Estructura para la liberación de rehenes
El plan de Trump establece que, en un plazo de 72 horas tras alcanzar un acuerdo, todos los rehenes serán liberados. Se cree que 48 rehenes israelíes permanecen en Gaza, 20 de los cuales se considera que están vivos.
Te puede interesar leer: Dos años de guerra en Gaza y la paz sigue sin horizonte
Trump afirmó durante el fin de semana que los rehenes podrían ser liberados "muy pronto", mientras que Netanyahu dijo que podrían ser liberados antes del final de la festividad judía de Sucot, el 13 de octubre.
Hamás aceptó la "fórmula de intercambio" de rehenes detallada en el plan de Trump, siempre que se cumplan ciertas "condiciones sobre el terreno".
Pero los rehenes son la única moneda de cambio del grupo, y no está claro si estaría dispuesto a liberarlos antes de que se concreten otros aspectos del acuerdo.
La confianza entre ambas partes es prácticamente inexistente. El mes pasado, Israel intentó asesinar al equipo negociador de Hamás con un ataque aéreo en Doha, lo que enfureció no solo a Hamás, sino también a Trump y a Qatar, un mediador clave.
Miembros de ese mismo equipo negociador, encabezado por Khalil al-Hayya, cuyo hijo murió en el ataque, se reunirán a poca distancia de la delegación israelí en Egipto.

Desarme de Hamás
El objetivo declarado de Israel durante la guerra ha sido la destrucción de Hamás. Netanyahu ha declarado repetidamente que no se detendrá hasta acabar con el grupo.
Un punto clave del plan de Trump exige que el grupo se desarme. Sin embargo, Hamás se ha negado previamente a deponer las armas, afirmando que solo lo hará una vez establecido un Estado palestino.
En su respuesta Hamás no mencionó el desarme, lo que alimentó especulaciones de que no ha cambiado su postura.
Durante el fin de semana Netanyahu prometió: "Hamás será desarmado y Gaza será desmilitarizada, ya sea por las buenas o por las malas".
Futura gobernanza de Gaza
El plan establece que Hamás no tendrá ningún papel en el futuro en Gaza, que será gobernada por un organismo transitorio temporal de tecnócratas palestinos, supervisado por una "Junta de Paz" encabezada y presidida por Donald Trump y en la que participaría el exprimer ministro británico Tony Blair.
La gobernanza de la Franja se transferiría en algún momento no definido a la Autoridad Palestina (AP).
Aunque Netanyahu aceptó la totalidad del plan de 20 puntos de Trump, pareció rechazar la participación de la AP incluso mientras estaba en el podio junto al presidente estadounidense la semana pasada, insistiendo en que la AP no desempeñaría ningún papel en el gobierno del territorio.
Este es uno de los muchos puntos del plan que objetarían los ultranacionalistas de línea dura dentro de la coalición gobernante de Netanyahu, muchos de los cuales desean conservar el control de Gaza y reconstruir los asentamientos judíos allí.
En su respuesta, Hamás indicó que espera desempeñar algún papel en el futuro en Gaza como parte de "un movimiento palestino unificado". Aunque la redacción es vaga, esto probablemente será inaceptable tanto para Trump como para los israelíes.
Retirada israelí
El alcance de la retirada militar de Israel es un cuarto punto de controversia.
El plan establece que el ejército israelí se retirará de Gaza "en base a estándares, hitos y plazos" que deben ser acordados por todas las partes.
Un mapa distribuido por la Casa Blanca mostró tres etapas propuestas para la retirada de las tropas israelíes. La primera etapa deja alrededor del 55% de Gaza bajo control israelí, la segunda el 40% y la última el 15%.
Esta etapa final consistiría en un "perímetro de seguridad" que "permanecería hasta que Gaza esté debidamente protegida frente a cualquier resurgimiento de la amenaza terrorista". La redacción aquí es vaga y no ofrece un plazo claro para la retirada total de Israel, algo que Hamás probablemente querrá aclarar.
Además, el mapa compartido por la Casa Blanca no coincide con los mapas del propio ejército israelí que muestran las zonas militarizadas, y las fronteras de Gaza están mal dibujadas en algunos lugares.

El futuro de Netanyahu
Durante más de un año, el primer ministro israelí ha enfrentado acusaciones de que solo continúa la guerra en Gaza para mantenerse en el poder.
Miembros de extrema derecha de su gabinete amenazaron con poner fin a su gobierno de coalición si la guerra termina antes de que Hamás sea destruido.
A principios de este año, Netanyahu y Trump promovieron la idea de reconvertir Gaza en una "riviera", lo que habría implicado el desplazamiento forzado de palestinos de la Franja.
Este último plan es significativamente diferente y podría ser un trago difícil de aceptar para los políticos intransigentes que dieron su pleno apoyo a la idea de la "riviera".
Netanyahu también enfrenta un juicio por corrupción que se reanudaría si la guerra termina. Algunos temen que un fracaso en las conversaciones podría beneficiarlo personalmente.
Pero también habría un beneficio político en poner fin a la guerra, incluso si las condiciones no son las que él esperaba. Encuestas recientes muestran consistentemente que alrededor del 70% de los israelíes quiere que la guerra termine a cambio de la liberación de los rehenes.
De una forma u otra, Netanyahu tendrá que enfrentarse a elecciones en 2026.
Fuente: BBC Mundo