La directiva de la Asociación Dominicana de Profesores atraviesa por un trance difícil, ya que para mantener aplaudiendo su valla requiere darle sangre a los leones, pero la única disponible es la suya.
Los maestros en su conjunto corren el riesgo de que se les muestre como apoyadores de lo mal hecho (las botellas, por ejemplo) o como obstáculos de un año escolar que proyecta importantes acciones para el bien de la educación, incluyendo programas para reducir la brecha digital, evaluación magisterial y saneamiento de la nómina del Ministerio de Educación.
La directiva de la ADP tiene la disyuntiva de defender lo indefendible.
Educación está sacando de la nómina a los profesores “botellas”, entre los que hay hasta nombres conocidos como el diputado reformista Pedro Thomás Botello Soleimán, quien aparece en la nómina de la Regional 5, aunque ya tiene dos períodos como honorable diputado de la República.
El mismo Ministerio le entregó a la ADP el listado de los profesores en proceso de pensión, lo cual su directiva luego presentó como hallazgo propio. Igual ocurre con el proceso de revisión de los que han quedado suspendidos, sobre el cual se le ha dicho que las autoridades revisarán cada caso de docente que se sienta afectado.
Lo cierto es que el lunes empezó el año escolar y no se ha recibido la primera denuncia de una aula que se haya quedado vacía porque el profesor está entre los bloqueados. Sencillo, si los profesores bloqueados estaban dando clases, eso se puede comprobar en el aula donde está asignado.
