Los neoyorquinos viven más años, lo cual es una buena noticia para los 19,7 millones de habitantes del estado. Para el gobernador Andrew Cuomo, representa un dolor de cabeza presupuestario.
La presión fiscal surgió en septiembre, cuando el interventor Thomas DiNapoli incluyó el cálculo de las expectativas de vida más largas para los retirados en el tercer plan público estadounidense más grande, en tanto los actuarios estimaron que los pensionados seguirían con vida por lo menos dos años más.
Las vidas más prolongadas incrementaron 176,800 millones de dólares el pasivo del fondo, llevando la factura de las pensiones para 2016 hasta US$355 millones más de lo que había proyectado el gobernador Cuomo, quien asumió el puesto en 2011.