Los precios de los alimentos aún siguen altos. Estos no han convergido con la rapidez que lo ha hecho la inflación general hacia la meta de inflación que tradicionalmente establece el Banco Central, que es de un 4.0 %.
La variación interanual, de octubre de 2023 respecto a octubre 2022, del “grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas” es de 8.49 %, mientras que la inflación general interanual se ubica en 4.35 %. Esto significa que la inflación del “grupo de los alimentos y bebidas no alcohólicas” es casi el doble de la inflación general interanual al mes de octubre.
Pueden ser varias las causas del comportamiento de los precios de los alimentos: desde los aspectos vinculantes con la etapa de la producción, que involucra el costo de los insumos, financiamientos, hasta los aspectos de los canales de comercialización y distribución.
Sin embargo, quiero resaltar un aspecto que ha constituido un tema pendiente para mejorar los ingresos de los productores y la formación de precios en los mercados de alimentos: es el tema de los canales de comercialización y distribución existentes.
Los canales de comercialización y distribución de los alimentos están atomizados. La existencia de muchos canales de comercialización matiza la formación de precios, y dificulta el proceso de distribución de alimentos, limitando la generación de economías de escalas.
En el pasado se inició un proyecto de construcción de grandes centros de concentración de la producción agrícola en los llamados “Mercas”, como fue el caso de “Merca Santo Domingo”.
La idea era concentrar la producción agrícola en un gran espacio que sirviera de acercamiento entre el productor y comprador, generando economías de escala y mejores precios. Sin embargo, ese proyecto no se expandió.
Hoy la convergencia de los precios de los alimentos, hacia la baja, resulta muy lenta. Los precios de los alimentos están altos con respecto a la inflación general. Es un tema al que hay que ponerle caso, porque la gente lo siente en el supermercado.