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Los políticos, incluso los de derecha, saben que los migrantes ayudan a la economía

Europa sigue recibiendo a miles de personas que demandan asilo en uno de sus países. Fuente externa
Europa sigue recibiendo a miles de personas que demandan asilo en uno de sus países. Fuente externa

Cuando los líderes de la Unión Europea (UE) se reunieron a mediados de octubre en Bruselas, los migrantes volvieron a dominar la agenda.

Es un tema que cada vez toma más espacio en las discusiones políticas en todo el bloque, que se calcula que este año recibirá más de un millón de solicitudes de asilo, el mayor número desde la crisis de migrantes de 2015.

En aquel entonces, la excancillera alemana, Angela Merkel, pronunció una frase que aún la persigue: "Wir schaffen das" (podemos manejar esto), haciendo referencia a que Alemania podía absorber las oleadas de inmigrantes que estaban llegando de África y Medio Oriente.

Merkel evitó repetir la frase posteriormente y desde entonces ha tomado fuerzas un discurso antiinmigratorio en muchos países.

En la actualidad, con la guerra de Ucrania, millones de ucranianos han emigrado en masa a diversos países de la UE, así como a Reino Unido, y cientos de miles siguen llegando cada año en embarcaciones irregulares desde África y Medio Oriente.

Al mismo tiempo, la violencia contra los migrantes está en aumento y los partidos de ultraderecha que promueven políticas antiinmigratorias, como Alternativa para Alemania, Agrupación Nacional de Francia y Reform UK de Reino Unido, avanzan en las urnas.

En consecuencia, la UE quiere fortalecer sus fronteras exteriores y acelerar las deportaciones de los solicitantes de asilo rechazados, mientras que la primera ministra Giorgia Meloni pretende enviar a Albania a los migrantes rescatados en el Mediterráneo.

Alemania, Francia y Hungría han incrementado el patrullaje y el control de pasaportes en algunas de sus fronteras terrestres y Polonia planea introducir una ley temporal para quitarles el derecho a las personas recién llegadas a solicitar asilo.

Para muchos, todo esto representa un gran dilema, pues argumentan que Europa necesita más migrantes, no menos.

La baja tasa de fertilidad es un problema latente en las naciones del primer mundo. Fuente externa

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