La masificación sufrida por el Partido de la Liberación Dominicana desde las elecciones de 1994 ha devenido en los resultados que se cosechan en la actualidad, con un serio cuestionamiento a la disciplina partidaria y a los enfrentamientos casi públicos de grupos que se disputan el control de la agrupación.
En vida del profesor Juan Bosch y en años posteriores a su muerte era un sacrilegio que un dirigente se atreviera a dirimir asuntos internos en aceras públicas, sino que las confrontaciones eran debatidas en el seno de los organismos del PLD.
Esto es cosa del pasado. Los peledeístas creen que el lío es la candidatura de 2020.