Quizás para muchos es desconocido el poder que tienen los partidos políticos en nuestro sistema democrático imperante.
La Constitución de la República en el párrafo II del artículo 201 indica: “Los partidos o agrupaciones políticas, regionales, provinciales o municipales harán la presentación de candidaturas a las elecciones municipales y de distritos municipales para alcalde o alcaldesa, regidores o regidoras, directores o directoras y sus suplentes, así como los vocales, de conformidad con la Constitución y las leyes que rigen la materia”, como podrán ver, amigos lectores, la responsabilidad absoluta para el primer paso en el proceso de elección de las autoridades locales, descansa en una gran proporción en los partidos políticos.
Tanto la Ley 33-18 sobre partidos, agrupaciones y movimientos políticos, así como el reglamento que norma los procesos internos para que se le garanticen los principios de derechos fundamentales a candidatos que aspiren a cargos de elección popular, no obliga a que las futuras autoridades de los gobiernos locales tengan una preparación mínima o básica en gestión municipal.
Es por eso de vital importancia dos cosas, la primera: quienes dirigen esos partidos políticos y la segunda, cuáles son los criterios que se imponen para la elección de los precandidatos.
Esos derechos fundamentales deben ser respetados de igual manera por los partidos y agrupaciones políticas, pero no estaría mal que antes de elegir a sus candidatos, estos sean debidamente preparados en como gestionar de manera básica un gobierno local.
Es de vital importancia quienes son los miembros de las cúpulas jerárquicas de los partidos, pues estos manejan una gran responsabilidad al momento de escoger los aspirantes a puestos de elección popular, ya que la ley les otorga la facultad de seleccionar mediante un porcentaje una cuota significativa de candidatos.
Es también trascendental que los aspirantes pasen por la criba de la formación previa, ya que esto contribuirá en ampliar no solo los conocimientos en la materia, sino también comprender los niveles de responsabilidad a que serán sujetos en caso de ser electos.
La elaboración de propuestas en la precampaña será mucho más claras y alineadas a los propósitos que requieren las comunidades, con lo cual se elevaría el debate de los aspirantes y con ello aumentamos el interés colectivo y los niveles de participación de los ciudadanos en los procesos electorales.
Los partidos políticos también tendrían la obligación de presentar propuestas de candidaturas que las constituyan hombres y mujeres con sentido común en el manejo de los fondos públicos.
No es para nadie un secreto los escándalos de corrupción que ha sufrido la municipalidad en los últimos tiempos y con ello se resquebraja la democracia y el sistema de partidos políticos del país.
A pocos meses de la escogencia de los candidatos que terciarán el próximo mes de febrero en las elecciones municipales, les exhortamos a las cúpulas partidarias participar activamente en la implementación de propuestas formativas sobre la administración local para elegir aspirantes muchos más atractivos al electorado y sin dudas resultarían electas autoridades productivas.
El primer compromiso lo tienen los partidos en escoger candidatos y candidatas más potables y capaces.
*Por Víctor Féliz Solano