La Junta Central Electoral celebró ayer una audiencia con los partidos políticos, convocada con algo de celebridad y en la que se restringió la presencia de los medios de comunicación, que sin embargo tuvieron acceso a muchas de las cosas que ocurrieron dentro del salón donde se produjo la reunión.
No se puede pretender tener secretos entre tanta gente, aunque sí se logró que no pasaran en directo algunas notas discordantes que pudieran producirse.
La convocatoria fue para discutir lo relativo a la Ley de Partidos Políticos, aunque el centro fue lo referente al plazo para decidir qué tipo de primarias preferirían los partidos.
Se demostró que los tollos introducidos en la Ley de Partidos y que amenazan con trastornar el proceso electoral eran formas de resolver problemas internos que todavía hoy esos partidos no saben cómo resolverán.
En muchas de las intervenciones los tonos no fueron afables, y ya se anuncian visitas al Tribunal Superior Electoral.
El PLD pidió que el plazo se aumentara a 120 días en vez de los 75 consignados en la resolución administrativa y el Partido Reformista se fue más lejos y pidió 150 días.
Es decir, que con la simple decisión del modelo a escoger ya están presionando y poniendo en situación difícil a la Junta, imagínese cuando se trate de organizarles procesos y además atender varios modelos distintos de manera simultánea.
Que Dios agarre confesada a esta Junta Central Electoral y le ayude a aplacar los diablillos indiferentes que conducen esos partidos.